En los últimos años, las tecnologías se han democratizado, ya que hasta hace no mucho tiempo estaban restringidas a las grandes empresas. Sin embargo, la intensificación de la revolución digital ha permitido que la competencia se normalice en el sector y con ella la aparición de aplicaciones con mayor utilidad para la pequeña y mediana empresa (pyme).
Todos estos avances en el sector han permitido que las herramientas cuenten cada vez con un nivel de concreción mayor. De modo que los responsables del compliance de las pymes pueden contratar solo aquellos servicios que necesiten, dejando de lado las macro aplicaciones, que abarcan un sinfín de funcionalidades que para ellas son absolutamente inservibles.
“Sin duda alguna, las pymes tienen un gran aliado en las herramientas tecnológicas en la gestión del compliance, donde pueden sistematizar todos los documentos que cuelgan del sistema, ayudando a la empresa a ejecutar todas las tareas relacionadas con el cumplimiento de una manera integrada y colaborativa para reducir los riesgos y el tiempo de reacción en caso de una no conformidad”, explica Felipe García, abogado y socio de Circulo Legal.
Las herramientas tecnológicas dentro del complicance van desde análisis de riesgos legales y el control de proveedores hasta modelos de automatización de mapa de riesgos, procedimientos y controles. En definitiva, métodos que permiten que las pymes no solo optimicen al máximo tiempo y recursos, sino que compitan de tú a tú con grandes compañías en materia de gestión compliance.
Herramientas contra la corrupción y el blanqueo
Uno de los principales motivos por el que el valor de estas nuevas tecnologías adquiere todavía mayor importancia es la directiva 1937/2019 de protección de alertadores. Y es que, si bien su aplicación a la legislación española deberá esperar hasta la segunda mitad del año por retrasos gubernamentales, velar por esta protección requiere, en gran parte, de la adopción de un sistema externo de gestión del canal de denuncias.
“Este tipo de herramientas fomentan, además, la comunicación y anonimato con el alertador”, comenta el experto, “todo ello es posible sin salir de la aplicación informática, de la que cuelga un potente sistema de ciberseguridad que preserva al canal de accesos inconsentidos. Sin duda, otra muestra más de la irrupción de las herramientas tecnológicas en los sistemas de cumplimiento de las pymes”.
El trabajo del llamado compliance officer, incluso en las empresas de menor tamaño, se ve facilitado ahora. Las nuevas herramientas le permiten canalizar la información que se va emitiendo y recibiendo al momento, certificando contenidos y sellando documentos con huella de tiempo. Todo a favor de detectar cualquier tipo de actuación fuera de la normativa y notificarla lo antes posible.
En el caso concreto del blanqueo de capitales, el abogado habla sobre las ventajas de herramientas que, desde su propia pantalla principal, permiten tomar decisiones en función de análisis realizados de forma automática. Un avance que marca un antes y un después en la detección de este tipo de conductas.
“Si la herramienta da el visto bueno a la operación se continúa con su ejecución, pero si el sistema advierte objeciones o reservas se abre una incidencia y se solicita información para aclarar los detalles de la operación. Todo ello dentro del ecosistema de la herramienta, sin salir de ella, y registrando en la misma todo lo que va aconteciendo hasta la toma de la decisión final. Pensar en la gestión del blanqueo de capitales en un departamento de compliance sin herramientas tecnológicas es impensable en el 2022”, concluye García.