Tener un negocio propio nunca ha sido fácil. Hoy en día, a la dificultad por sacarlo adelante se le suman factores externos como la consecuencia de la pandemia, la subida del precio de la luz, el gas, los carburantes y la cuota de autónomos. Por ello, hace unos días, se montaron concentraciones en diferentes puntos del país para protestar contra el proyecto del Gobierno de cotización por tramos. Una propuesta que supone un incremento de la cuota para más de 4 millones de autónomos.
Sin embargo, a pesar de las dificultades, España ha cerrado el año 2021 con 57.000 trabajadores por cuenta propia más. De hecho, junto con las pymes, suponen nada menos que el 95% de las empresas del país. Teniendo en cuenta esta relevancia en la economía española y las dificultades que atraviesa el colectivo, la insurtech especializada en seguros para Pymes y Autónomos, SingularCover, presenta la campaña ‘Real Stories’, los testimonios de tres autónomos reales que explican su experiencia profesional.
“Nuestro objetivo es dar visibilidad a los autónomos y pymes, entendiendo que son parte esencial de la economía y tratando de darles el lugar que merecen en el centro de todas nuestras decisiones. Para ello debemos tener siempre presente que son gente real, con sus buenos y sus malos momentos, como todos nosotros”, explica Andrea Franco, Chief Marketing Officer de SingularCover.
Eduardo, asesor financiero, Lorena, peluquera, y Tomás, hostelero, son los protagonistas de estos vídeos en los que responden a preguntas nada habituales sobre su experiencia de ser autónomos desde sus lugares de trabajo. “El objetivo de Real Stories es dar voz a los autónomos sin retocar ni modificar su realidad. Queríamos transmitir sus miedos, su lucha y el camino que los llevó a montar su propia historia, siendo fieles a su manera de contarlo con un storytelling sin filtros. Para potenciar el concepto de realidad, decidimos incorporar una batería de preguntas disruptivas que fuesen imposibles de preparar. Así logramos 3 piezas que conectan autónomos con autónomos compartiendo su experiencia y generando sentimiento de comunidad”, explica Jordi Roura.
Tres protagonistas que, a pesar del esfuerzo, las dificultades y la subida de los costes de producción, encuentran motivos por los que seguir siendo autónomos.
Eduardo, 48 años, asesor financiero
Eduardo siempre tuvo claro que quería tomar sus propias decisiones. Ese fue uno de los principales motivos por los que se hizo autónomo y se lanzó a crear su propia asesoría a pesar de las dificultades: “Cuando empiezas un negocio, si lo haces con pocos medios como en mi caso, no te queda otra que ser un hombre orquesta y hacerlo todo. Con el tiempo es cuando empiezas a crear una cartera de clientes y en mi caso hasta llegué a compaginar el trabajo en casa con horas de oficina en un coworking de Malasaña, en Madrid”, cuenta Eduardo.
El gaditano remarca que una de las ventajas que más valora de ser autónomo es la libertad, flexibilidad y aprendizaje diario. “Ser tu propio jefe te enseña valores muy importantes de lucha, superación, resiliencia y confianza”, añade.
Lorena, 43 años, peluquera en un coworking
La de Lorena es una de tantas carreras que empiezan trabajando por cuenta ajena, en su caso con solo 16 años, hasta que su familia y amigos la motivan a dar el paso de hacerse autónoma y montar su propio salón de peluquería en el madrileño barrio de Salamanca.
“Llevar un negocio por tu cuenta implica muchos gastos y exige una dedicación total. Muchas veces no veo a mi familia todo lo que me gustaría, pero ser autónoma también tiene muchas ventajas”, explica Lorena.
Montar su propio negocio le ha permitido aplicar toda su técnica y creatividad, su manera de entender el negocio, situando al cliente en el centro y haciéndole vivir la mejor experiencia posible. Como autónoma se define como luchadora, valiente y trabajadora.
Tomás, 28 años, dueño del Bar Los Molinos
De árbitro de fútbol durante 14 años a regentar su propio bar en una hípica de la Sierra de Madrid. Esta es la historia de Tomás, un joven de 28 años que se hizo autónomo cuando su carrera profesional dio un giro por motivos personales.
Se le presentó la oportunidad de llevar este bar en 2021, en pleno momento álgido de la pandemia y, aunque previamente solo había trabajado como camarero en momentos puntuales, no se lo pensó dos veces. “Llevo queriendo ser autónomo desde hace mucho tiempo y cuando se me presentó esta oportunidad dije ¡adelante a por todas!”. Tomás está convencido de que para ser autónomo lo más importante son la actitud y las ganas de hacerlo. En su caso, esto es lo que le ha llevado a mantener el negocio a pesar de haberlo pasado mal por la situación epidemiológica y conseguir una cartera de entre 200 y 350 clientes en los mejores días.
“Otro motivo para hacerse autónomo puede ser la frustración de no poder decidir por ti mismo. Muchos ven esta vía como una ventana para mostrar sus ideas de manera autónoma y personal”, reflexiona.
