La Gran Renuncia Corporativa ya está aquí. Las organizaciones más consolidadas podrían perder su mejor talento en favor de empresas emergentes y de rápido crecimiento en el contexto pospandémico. Y es que se estima que un 40% de los profesionales buscan cambiar de trabajo este año.
Según el nuevo informe digital del Grupo Robert Walters Actúa como una Start-up y Consigue el Mejor Talento, el número de profesionales que trabajan en start-ups ha crecido a nivel global un 20% en los últimos 12 meses, y se espera que esta cifra crezca a medida que los profesionales de tecnología, marketing, RRHH, legal y finanzas, continúen su gran demanda en empresas de alto crecimiento.
Tras cualquier período de cambio económico, es habitual observar un crecimiento en la curva de emprendimiento o de creación de startups, por lo que no me sorprende escuchar que esta tipología de empresas es todo un éxito.
Sin embargo, sí que es interesante cómo estas pequeñas organizaciones de apenas 10 empleados están logrando atraer a algunos de los mejores talentos, aquellos que previamente formaban parte de compañías mucho más consolidadas y que ofrecen un mayor nivel de seguridad.
A raíz de la pandemia, hemos observado un cambio radical en lo que los profesionales demandan a las empresas: su propósito, cultura y equipo, pesan más que un salario competitivo y una jerarquía corporativa bien diferenciada”, comenta Raquel Fernández, senior manager de la división de tecnología en Walters People.
El atractivo de progresar rápidamente
Según el citado informe, la capacidad de ser innovador (47%), emprender un trabajo interesante (34%), estar expuesto a una gestión abierta y eficaz (30%) y tener altos niveles de autonomía (28%), parecen ser los principales factores que atraen a los profesionales hacia una start-up.
De hecho, la jerarquía horizontal y la rapidez propia de este tipo de negocio, son los que más atraen al talento con grandes ambiciones profesionales: el 52% afirma que cambiaría su carrera a una start-up por un salario más bajo si tuviera la oportunidad de progresar mucho más rápido de lo que espera hacer en una compañía ya establecida y consolidada.
Punto de inflexión: la cultura
Cerca de la mitad de los profesionales (42%) quieren trabajar en una cultura corporativa que les inspire a dar lo mejor de sí mismos, y un tercio más busca empresas cuyos valores sociales se alineen con los suyos, ya sea en términos de equidad, de salud mental o de medio ambiente.
Raquel Fernández añade: «La pandemia y los largos períodos de confinamiento, llevaron a muchos de nosotros a reevaluar cómo hemos estado viviendo y trabajando, y con eso ha llegado un impulso de las personas para tener más objetivos y hacer algo que agregue más significado a sus vidas».
Por naturaleza, las grandes organizaciones pueden tardar más tiempo a la hora de adoptar nuevos valores emergentes. En cambio, optan por apegarse a las formas tradicionales que han sido un pilar durante más de 10 años. Las startups, por su parte, están en la vanguardia, escuchando lo que es importante para sus empleados, como la falta de vivienda y el hambre en el mundo, y luego actúan rápidamente para ayudar a ‘hacer su parte’.