La banca abierta ha llegado con el ánimo de cambiar el sistema de pagos tal y como lo conocíamos hasta ahora. Los datos ya avalan cómo se está gestando una revolución y un cambio diferencialmente positivo en el comercio online, y para la experiencia del cliente final.
En el mundo se han producido repercusiones a partir de 2008 que han transformado el tablero de juego en el plano de los pagos a través de Internet: desde el ámbito regulatorio, con una creciente normativa dirigida a proteger a los consumidores; pasando por un endurecimiento de las sanciones, a un escenario macroeconómico definido por tipos de interés planos. Todo ello, junto a las transformaciones sociales hacia la digitalización de todos los ámbitos de la vida, ha generado el auge de los actores digitales, y ha ayudado a que, en todo el mundo, las personas busquen mejorar su experiencia de consumo a costes cada vez más bajos. Y ahí es donde entra el concepto de la banca abierta.
Veamos primero brevemente las previsiones para el auge del ecommerce en los próximos años. Según PwC, en 2030 los pagos electrónicos prácticamente se triplicarán en el mundo, hasta superar tres billones de operaciones. Según sus estimaciones, entre 2020 y 2025 las transacciones electrónicas crecerán un 82% y, entre 2025 y 2030, este crecimiento será del 61%, hasta superar los tres billones de transacciones globales.
El florecer de negocios como el modelo de TrueLayer, que se basa en la creación de APIs fiables y fáciles de usar, responde a la demanda de empresas y consumidores de resolver las complejidades técnicas y normativas que supone la creación de productos y experiencias financieras digitales. Una actividad que cobra aún más sentido con la necesidad de mejorar los procesos y aumentar la seguridad de los pagos por parte del ecommerce.
Experiencia de usuario y seguridad, las claves para un proceso de pago excelente
El contexto ya define la revolución en curso. Es imparable. Los pagos de comercio electrónico tienen barreras de entrada más bajas que los pagos de POS porque no requieren que los comerciantes actualicen su infraestructura física (como, por ejemplo, la adquisición de terminales de tarjetas) para aceptar nuevos métodos de pago.
De hecho, una de las ventajas de los pagos de banca abierta, al igual que otras modalidades “nativas” de pagos digitales, es que se pueden integrar en el viaje del cliente de comercio electrónico con relativa facilidad. Las diferentes opciones de pago se muestran de forma transparente durante el proceso de pago en línea, lo que reduce la fricción y amplía las opciones para los consumidores, que ven su experiencia de usuario mejorada
Desde la perspectiva de los comerciantes, si bien se puede atender a cada cliente adicional a bajo coste, el comercio electrónico plantea también nuevos desafíos. El hecho de que las compras online sigan realizándose mayoritariamente a través de pagos con tarjeta supone un mayor riesgo para los comerciantes, ya que estas operaciones están asociadas a tasas más altas de reembolso y de fraude, las cuales pueden afectar considerablemente los márgenes.
Lo cierto es que las tarjetas no se crearon para el comercio electrónico. Los elevados costes y unas infraestructuras ya desfasadas han provocado un creciente número de reembolsos asociados al creciente volumen de devoluciones. Y esta ineficacia de las tarjetas como método de pago digital también afecta de forma considerable a la experiencia del cliente. La normativa de la UE ha introducido una fuerte autenticación del cliente (SCA por sus siglas en inglés – Strong Customer Authentication) con el objetivo de reducir el fraude y hacer más seguros los pagos digitales. Pero su aplicación en los pagos online con tarjeta sigue siendo incoherente y no está probada. La mayoría de los ejemplos actuales muestran que supone una fricción significativa en la experiencia de compra online. Algunos estudios sugieren, además, que la conversión de los pagos con tarjeta puede verse reducida en un 30% debido a esta experiencia negativa al realizar el pago, lo que a su vez podría provocar pérdidas de miles de millones en ventas a través del comercio electrónico.
A esto se suma el hecho de que en los pagos con tarjeta se producen hasta el 45% del conjunto de las estafas minoristas de comercio online, según uno de nuestros recientes estudios. Y aquí, en el ámbito de la seguridad, es donde la banca abierta está suponiendo una auténtica revolución.
Los pagos de banca abierta ofrecen una transacción instantánea de banco a banco. Esto significa que se puede mover el dinero, de forma segura y cómoda, al tiempo que se ofrece una experiencia de usuario mucho mejor. Para los comercios, ofrece una media de un 20% más de conversión que las tarjetas, y mayores tasas de éxito, lo que puede equivaler a millones o incluso cientos de millones en ingresos anuales para los comerciantes. Dado que la banca abierta crea una conexión directa con el banco del usuario, las transacciones se verifican mediante la identificación facial o la huella dactilar desde un dispositivo móvil.
A pesar de ello, y aunque el open banking (en forma de transferencias bancarias instantáneas) ha encontrado su nicho en sectores como el de la gestión de patrimonio, crédito, préstamos y banca digital, la mayoría de las empresas de comercio electrónico aún no han adoptado esta nueva opción de pago. La realidad es que muchas de ellas están perdiendo una gran oportunidad de negocio: un estudio de PwC revela que, en el 2022, la oportunidad de ingresos creada por la banca abierta a nivel global será de más de 8 billones de euros. Además, el 71% de las pymes esperan utilizar un servicio de open banking durante este año y el 64% de los adultos piensan beneficiarse de los servicios de banca abierta.
Una oportunidad que las empresas no pueden desaprovechar
El número de proveedores de banca abierta en Europa ha crecido constantemente en los últimos años, pasando de poco más de 100 a principios de 2019 a casi 500 en el primer trimestre de 2021. Y estos nuevos players estamos cambiando la escena por completo.
En un momento en el que en España el comercio electrónico está en pleno auge – la facturación en todo el territorio nacional fue de 51.600 millones de euros el pasado año, según datos de CNMCData -, se plantea una oportunidad inédita para todas aquellas empresas de ecommerce que quieran crecer y afianzarse en el mercado: adoptar la posibilidad de los pagos de banca abierta las posicionará en un lugar preferente en cuanto a experiencia de usuario se refiere, facilitando pagos instantáneos, seguros y sencillos a sus clientes, aumentando la tasa de conversión y atrayendo a los usuarios en un terreno que se volverá cada vez más competitivo.
La banca abierta está diseñada para integrarse de forma natural en las nuevas formas de comprar y consumir. Por ello estamos convencidos de que veremos cada vez más empresas de comercio online incorporándolos a sus métodos de pago, beneficiando así en última instancia al consumidor final, que podrá acceder al método de pago más rápido, seguro y sencillo que existe.
Como siempre, aquellas compañías que lideren esta transformación y se atrevan realmente a innovar estarán mejor preparadas para dar un servicio a medida del usuario digital. La banca abierta, así, se posiciona como aliada de estas empresas. El futuro ya está aquí, y no hay tiempo que perder. El consumidor ya ha dado el paso, las compañías no pueden quedarse atrás.