Un reciente estudio de Scandit apunta que los países del sur de Europa, entre ellos España, se sitúan a la cola en inversión tecnológica para desplegar nuevas capacidades y servicios en la última milla.
No cabe duda de que la pandemia ha traído una serie de cambios en las demandas de los consumidores, muchos de los cuales, han venido para quedarse. Uno de ellos es la creciente adopción del comercio electrónico como opción para realizar sus compras lo que, como consecuencia, ha conllevado que las empresas de reparto europeas centren grandes esfuerzos en innovador para dar respuesta a las nuevas necesidades.
No obstante, un reciente informe de Scandit, firma especializada en soluciones de captura de datos y realidad aumentada, ha puesto de manifiesto las diferencias de inversión tecnológica según la ubicación geográficas de las empresas de última milla, siendo las del sur de Europa, España, Italia y Portugal, las que menos invierten.
El estudio, para el que se ha contado con 118 empresas del sector logístico y postal de última milla de Europa y Norteamérica, apunta que el 14,3% de las firmas europeas recurre a nuevos servicios como el Pick Up & Drop Off, mientras que un 20,6% lo hace a la innovación.
Se trata de unas cifras que difieren de las que arrojan las empresas norteamericanas que, según el informe, sólo el 5,9% prioriza los nuevos servicios y pone mayor foco en dar respuesta a las nuevas demandas. Asimismo, las empresas logísticas europeas de última milla también apuestan más por la inversión en nuevas tecnologías como la realidad aumentada, un 69,2% frente al 58,8% de las norteamericanas.
Pero estas no son las únicas diferencias en cuanto a inversión en función de la ubicación geográfica. El estudio también destaca que, mientras que las empresas de Europa del Este y países nórdicos centran su foco en añadir nuevas aplicaciones y funciones, según el 43,8% de las firmas encuestadas, y un 18.8% lo hace en tecnología para dar soporte a nuevos servicios, en Europa Occidental, la inversión tecnológica está más equilibrada. En esta región, la inversión se divide, en un 37% de los casos, en avances para las aplicaciones de entrega, el 25,9% en procesos sin contacto, y el 18,5% en oferta de nuevos servicios.
En este sentido, el estudio percibe esta región más abierta al despliegue de nuevas capacidades y servicios. Así, el 18,5% de las empresas del sector en Europa Occidental prevé invertir en nuevas aplicaciones y funciones frente al 5% de las del sur de la región, ya que el 60% prioriza mejorar su actual aplicación de entrega.
Realidad aumentada para la última milla
Si hay una tecnología que está acaparando gran atención en todas las regiones es la realidad aumentada ya que el 76% de las empresas europeas y norteamericanas la consideran clave en la última milla. De hecho, un 34% sostiene que es una prioridad en la que deben invertir.
Así lo apunta Pat Nolan, analista senior de investigación de VDC Research para quien “la realidad aumentada es clave para ganar en competitividad y diferenciación”. En este sentido, destaca las aplicaciones de estas soluciones que pueden contribuir a que un conductor identifique rápidamente un paquete en la furgoneta o acceder a instrucciones de entrega en tiempo real. “Además, permiten reducir la carga de estrés de los trabajadores y contribuir a que la operación sea más eficiente en general», destaca Nolan.
Sin duda, estas tendencias ponen de relevancia cómo cada vez más las empresas del sector están más abiertas a la innovación. Muestra de ello también se observa en el hecho de que la mitad de las empresas del estudio que hacen uso de smartphones aprovechan el modelo BYOD (Bring Your Own Device), es decir, que lleven su propio dispositivo.
Con ello, el 57,1% de los encuestados europeos señala que buscan reducir costes, y un 42% sustituir hardware antiguo para contribuir a la rentabilidad.
Tal y como destaca Samuel Mueller, CEO de Scandit, la pandemia de la COVID-19, unido a la crisis logística y los problemas de suministro a nivel global han acelerado soluciones que estaban en desarrollo. “Con la llegada de fechas clave como el Black Friday y la Navidad, las empresas de logística son conscientes del impacto de los problemas de última milla en sus clientes. Resulta esencial abordarlos para garantizar el mejor servicio”, señala el directivo.