Los requisitos de Windows 11 se han convertido en uno de los temas más importantes, y más polémicos, del momento. Microsoft decidió elevar notablemente los requisitos de hardware de dicho sistema operativo frente a Windows 10, pero el problema no viene tanto por un tema de potencia bruta, sino más bien de soporte y de especialización.
Nos explicamos. Windows 11 no tiene, en términos de potencia bruta, unos requisitos exagerados, al fin y al cabo hoy en día es más raro encontrar un PC que no tenga, al menos, 4 GB de RAM y una CPU de doble núcleo y 64 bits que dar con uno que sí cumpla con esas especificaciones. El problema de los requisitos de Windows 11 se encuentra en tres grandes puntos:
- El equipo debe contar con un chip TPM 2.0 o con una solución fTPM.
- Tiene que soportar DirectX 12 (driver WDDM 2.0).
- Es necesario que el procesador utilice la arquitectura Coffee Lake o Zen+, si no, no tendrá soporte.
Esos tres puntos son los que están dando problemas a los usuarios. Si no cumplimos con todos los requisitos de Windows 11 no habrá ninguna barrera que nos impida instalarlo (siempre desde un medio de instalación, es decir, desde cero), pero Microsoft ya ha advertido de que podríamos tener problemas, y de que no garantizan el mismo nivel de soporte que recibiría un usuario que sí cumpla esos requisitos.
No es un tema baladí. Según un reciente estudio que ha compartido el conocido medio ZDNet, solo un 44,4% de los más de 30 millones de equipos basados en Windows, pertenecientes a unas 60.000 empresas, cumplían los requisitos de Windows 11 a nivel de CPU, y solo un 52,5% contaban con el chip TPM 2.0. Sin embargo, si hablamos del requisito de memoria RAM, un 91,05% de las empresas cumplían con ese requisito.
Al final, lo importante cuando hablamos de los requisitos de Windows 11 es lo que os hemos comentado, que hay un problema claro y deriva de esos tres puntos que hemos tocado. No obstante, queda claro que el más relevante es el tema de la compatibilidad a nivel de CPU, y es comprensible, ya que muchas empresas todavía utilizan equipos con procesadores Core de séptima generación o Zen de primera generación, cuyo rendimiento sigue siendo muy bueno.
