Windows 10 ha mejorado de forma considerable la gestión de los drivers frente a versiones anteriores de dicho sistema operativo, pero lo cierto es que, en general, sigue siendo necesario y recomendable que nos preocupemos de actualizar la mayoría de los drivers clave y del software por nosotros mismos, es decir, de forma manual.
Los drivers actúan como un importante nexo de unión entre el hardware y el software, y pueden marcar una diferencia importante no solo en términos de rendimiento, sino también de compatibilidad, de seguridad y de estabilidad. Si no utilizamos los controladores correctos, puede que un determinado componente no funcione, y si utilizamos unos drivers obsoletos es probable que el rendimiento no sea del todo bueno, o que Windows 10 nos acabe dando algún problema con las actualizaciones semestrales.
No hay duda, debemos tener cuidado con las actualizaciones de los drivers, pero para hacerlo de forma adecuada es importante seguir una serie de pautas básicas que queremos compartir con vosotros en este artículo, centrado en Windows 10. Como siempre, si tenéis cualquier duda podéis dejarla en los comentarios y os ayudaremos a resolverla.
1.-Es recomendable actualizar los drivers con frecuencia, ya que disfrutaremos de mejoras de rendimiento, estabilidad y seguridad, pero solo debemos recurrir a la web oficial de cada fabricante, es decir, a las fuentes oficiales, para descargar e instalar los nuevos drivers. Si recurrimos a fuentes de dudosa confianza, podríamos poner en peligro la seguridad del equipo.
2.-Debemos asegurarnos de que los drivers que vamos a instalar son compatibles con nuestro hardware. Sé que más de uno estará pensando que esto es muy simple, pero en el fondo puede acabar confundiéndonos si no estamos atentos. Por ejemplo, a la hora de instalar los drivers de una tarjeta gráfica es clave elegir correctamente el modelo, la versión y el sistema operativo.
3.-Por lo que respecta a los drivers que instala Windows 10, es recomendable tener mucho cuidado, e instalarlos únicamente cuando estemos seguros de que no dan problemas. En mi caso, recientemente tuve problemas con unos drivers asociados a la gestión del almacenamiento, lo que me obligó a tener que reinstalar el sistema operativo desde cero. En estos casos, máxima cautela.