La fatiga por empatía comienza a expandirse entre algunos trabajadores, concretamente entre tres de cada cinco profesionales que teletrabajan o se ven obligados a mantener varias reuniones por videoconferencia al cabo del día.
Verónica Rodríguez, psicóloga y directora de Coaching Club, explica: «Estos trabajadores que sufren la fatiga por empatía se sienten siempre exigidos a mostrarse empáticos a través de las videoreuniones ya que no tienen más recurso que estar mirando frente a la cámara».
Uno de los síntomas más comunes es que estos trabajadores afectados por la fatiga por empatía se sienten mucho más cansados en las reuniones por videoconferencia que en las que son presenciales.
Este agotamiento es el primer síntoma de lo que acaba derivando en otros síntomas más graves como la depresión, tristeza o pérdida de apetito y de ganas por hacer más cosas (planes fuera del trabajo, ejercicio, relaciones sexuales, etc)
¿Por qué surge la fatiga por empatía?
Verónica Rodríguez Orellana indica: «Esta fatiga dependerá mucho del perfil y de la personalidad del trabajador. Afecta especialmente a aquellos más introvertidos, discretos o tímidos. En una reunión presencial tanto el cuerpo como la palabra acompañan y permiten descargar la tensión de la propia reunión. Sostener la mirada fija a la pantalla y por lo tanto a la otra persona puede resultar agotador mentalmente para este tipo de personas».
“Otro punto importante, es que ante la cámara, no hay escapatoria posible y son muchas las personas que se ven obligadas a sonreír a mostrarse, más simpáticos y a trasladar una imagen de sí mismos que en muchas ocasiones no coincide con quien se es. Esta situación lleva a un desgaste personal que se traduce al final de la jornada, en la necesidad de pasar largos períodos en silencio o desconectados del ambiente», explica Rodríguez Orellana.
«Además, de este sentimiento de observación, el hecho de no poder cambiar de escenario de una reunión a otra o el mero tiempo de trayecto entre reuniones es otro de los puntos de presión para estos trabajadores, ya que sienten que no desconectan. También explican que en muchas ocasiones este sistema de video-llamadas hace que se olviden ciertos puntos de bienvenida de las reuniones que sirven para romper el hielo inicial cuando las personas no se conocen como son, los saludos, el contacto cercano o coger una botella de agua o una taza de café».