Es una realidad que desde que el “bicho” empezó a formar parte de nuestras vidas, en marzo de 2020, nos hemos acostumbrado a trabajar desde casa. En la actualidad, en España, más de 3,01 millones de personas teletrabajan de manera habitual, lo que supone multiplicar por 3,2 veces la cifra registrada en 2019.
Según datos de Randstad, del total de 18,6 millones de personas ocupadas en nuestro país, el 16,2% trabajan habitualmente desde sus hogares, la tasa más alta de la década hasta el momento. Según el INE, esa cifra asciende al 27%.
Si bien es cierto que realizar nuestra jornada laboral desde casa ha generado múltiples beneficios para el empleado, ganamos una hora de sueño, evitamos desplazamientos y pasamos más tiempo con nuestros hijos, se ha demostrado que no es suficiente para conciliar.
Según el estudio, Radiografía sobre la conciliación laboral y familiar en España 2021, realizado por Edenred, el 42% de los españoles asegura que la llegada del trabajo en remoto no ha mejorado su conciliación laboral. Es más, solo tres de cada diez perciben una mejora en el equilibrio entre su vida familiar y profesional. Además, el 64% cree que disfruta de menos tiempo libre para sí mismos que antes de la llegada de la COVID-19 a nuestras vidas.
No obstante, es cierto que el teletrabajo ha supuesto una gran ayuda para padres y madres. El 62% afirma que trabajar desde casa les permite pasar más tiempo con sus hijos. Pero no todo es de color de rosa. El 54% de los encuestados considera que, aún con este modelo de trabajo, les sigue faltando el aire y el tiempo suficiente para disfrutar de sus hijos.
Más de la mitad de los españoles estarían dispuestos, dependiendo de las circunstancias, a reducir su sueldo para pasar más horas con sus vástagos y un 36% lo haría incondicionalmente ya que el tiempo es algo que no se recupera.
Los beneficios sociales, más determinantes que nunca
Por ello, es necesario, que el empleado siga estando en el centro y que además del teletrabajo se tomen otra serie de medidas que contribuyan a su bienestar. Para que la conciliación sea una realidad hay que seguir cuidando y motivando al trabajador. Y aquí, los beneficios sociales juegan un papel fundamental. Por ello, es recomendable, seguir las siguientes recomendaciones:
- Generar flexibilidad. Es importante ayudar a gestionar la conciliación del empleado entre su vida personal y profesional, adoptando medidas que puedan personalizar según sus necesidades, como la retribución flexible.
- Simplificar la gestión de las comidas. Aunque los empleados trabajen desde casa, van a necesitar seguir haciendo uso de vales de comida que les generen ahorro. Las empresas no pueden eliminar este tipo de ayudas unilateralmente ya que no es posible hacer discriminación por el lugar en el que estamos desarrollando nuestra labor profesional.
- Ayudar a los empleados con hijos pequeños. Pese a que el teletrabajo nos trae una mayor conciliación familiar, los más pequeños deben seguir acudiendo a las escuelas infantiles. Y es por ello que las ayudas para ahorrar en las guarderías siguen funcionando pese a que se trabaje en remoto.
- Fomentar el ahorro en transporte. El teletrabajo puede desarrollarse a tiempo completo, a tiempo parcial o con semanas de trabajo comprimidas. Para todos aquellos empleados que tengan que acudir varias veces al mes a la oficina, beneficios como las ayudas de transporte, van a seguir generando ecología, puntualidad y ahorros considerables cada mes.
En definitiva, el teletrabajo ha venido para quedarse. Y aunque trabajar desde casa tiene muchísimas ventajas, no resuelve la ecuación de la conciliación laboral. Hoy, más que nunca, las compañías deben escuchar las necesidades de sus empleados y, de manera personalizada, facilitarles su día a día para que puedan disfrutar de un equilibrio entre su vida familiar y personal. Si eres de los que piensa que es una misión imposible, decirte que esa balanza perfecta sí que existe.
Manuel Asla, director de marketing y comunicación de Edenred.
