Microsoft publicó, hace unos días, los nuevos datos de su Índice de Civismo Digital (ICD), «Civismo, seguridad e interacciones online-2020», en el que de forma anual y desde hace cinco años, Microsoft analiza el estado de civismo digital de adolescentes y adultos en distintos países en todo el mundo. Su objetivo es concienciar y promover interacciones online más seguras, saludables y respetuosas entre todos.
Según los resultados del estudio, resulta significativo que por grupos de edad, los adolescentes fueron los responsables de la notable mejora del civismo online, en general. De hecho, el índice de civismo digital de los adolescentes en los 32 países mejoró en tres puntos, pasando de 66 en 2019 al 63% en 2020, mientras que entre los adultos mejoró solo un punto porcentual, situándose en un 71%, frente al 72% del año anterior. España va en línea a los resultados globales, con un 64% en el ICD entre los adolescentes y un 70% entre los adultos.
En la categoría personal/intrusiva, por ejemplo, el «contacto no deseado» mejoró notablemente. Se trata de un avance importante, ya que el contacto no deseado ha sido la preocupación más común entre los encuestados durante los cinco años de esta investigación. En concreto, el 34% global de los encuestados consideraban que el civismo digital había sido favorable, un 24% neutral y un 43% lo veía desfavorable en términos de contacto no deseado, en comparación con hace un año. Estos datos en España son: favorable (39%), neutro (41%) y desfavorable (20%).
Además, los jóvenes en todo el mundo mostraron puntuaciones más positivas en las cuatro categorías analizadas -comportamiento, sexual, reputación y temas de índole personal/intrusivo-, y entre ellos, los sexuales cayeron casi cuatro puntos porcentuales en el Índice global de 2020 respecto a 2019.
Este descenso podría estar relacionado con una mayor concienciación de los adolescentes sobre los riesgos graves que pueden correr al navegar por Internet, como la sextorsión y la captación de menores a través de la Red con fines sexuales o de otro tipo. Aún así, alrededor del 40% de los adolescentes encuestados en los 32 países que incluye el informe de Microsoft, afirma haber estado implicado en un incidente de acoso -bullying-, bien como objeto del mismo (13% en España), o como espectador (33% en España). Por su parte, el 10 por ciento de los adultos afirma haber estado involucrado en un incidente de bullying en el trabajo. Si tenemos en cuenta en conjunto lo que señalan tanto adolescentes, como adultos, el 38% de los encuestados señala haber estado involucrado en un caso de este tipo, con el 19% identificándose como «objetivo», el 21% como «espectador» y el 1% como «colaborador» y «acosador». Se preguntó a los encuestados sobre el acoso en la Red y fuera de ella, y a los adultos se les preguntó sobre el «acoso», tanto dentro como fuera del lugar de trabajo.
España a la cabeza mundial en timos
Según el informe de Microsoft, España, con un 44%, se sitúa 13 puntos por encima de la media mundial en cuanto a engaños, estafas y fraudes en Internet. En esta categoría se incluyen la difusión de rumores falsos, como por ejemplo, cartas en cadena; intentos criminales para obtener información personal, a menudo con fines monetarios -por ejemplo, estafas de phishing;, correos electrónicos maliciosos que te llegan de un destinatario que conoces y que son en realidad virus. Además, un 34% dice haber recibido contacto no deseado en Internet y un 26% afirma haber sido víctima de “sexting”, un término que hace referencia al envío no deseado y recepción de mensajes, imágenes, vídeos u otros recursos, con contenido sexual a través del móvil u otro dispositivo en la Red.
Por otro lado, en España, uno de cada seis (el 21% de los encuestados) afirma que el civismo en Internet empeoró durante la COVID-19, concretamente durante los meses de abril y mayo. Una de las causas más citadas por los encuestados del poco civismo en la Red es que las personas usan Internet para desahogarse y plasmar sus frustraciones.
Sin embargo, algo más de una cuarta parte, un 26% (coincide con la media global), señala que el civismo digital mejoró durante este tiempo, atribuido en gran medida a un sentimiento colectivo de «estamos todos juntos en esto”. Los encuestados han señalado que su percepción es que la gente se ayudaba y animaba mutuamente en la Red y mostró un mayor sentido de comunidad, uniéndose para hacer frente a la crisis.