Es un hecho. En cosa de unos pocos meses, la pandemia y, en consecuencia, la situación social y económica que estamos viviendo ha transformado nuestras vidas en muchos más aspectos de los que nunca hubiéramos imaginado. Desde cómo nos relacionamos con nuestra familia o amigos, la forma en la que compramos y por supuesto, la manera en la que elegimos pagar. En este sentido, los medios de pago están viviendo una auténtica transformación, acelerando la adopción de los pagos digitales y ralentizando el uso del efectivo. Como resultado de esta nueva realidad, tecnologías como los pagos contactless, pagos móviles, las criptomonedas o el blockchain, por citar solo algunos ejemplos, están experimentando su despegue definitivo.
Los datos avalan este cambio, ya que según el estudio del STMP publicado en septiembre de este mismo año, los pagos digitales en eCommerce mantienen su crecimiento constante superior al 6%. Por su parte, los pagos móviles han pasado de 28,1 millones de operaciones en octubre a 50,5 millones en septiembre de 2020, es decir, casi se han duplicado. Mientras tanto, los pagos físicos se reducen y las retiradas de efectivo descienden más de un 15% en el último año.
Esta transformación que ha acelerado la pandemia no es solo cosa de ahora. Se lleva produciendo desde hace algunos años y en esto, las Fintech tenemos algo que ver, ya que durante mucho tiempo hemos estado ahí, al lado de las empresas y entidades financieras apoyándoles en la innovación y la digitalización de los pagos. Ejemplo de ello es el acuerdo que llevamos a cabo con Visa, en 2019, con el objetivo de seguir ofreciendo la última tecnología e innovación. Gracias a esta alianza, actualmente somos capaces de ofrecer un servicio de valor añadido a todos nuestros clientes, gracias a la robustez, resiliencia y seguridad que nos aporta procesar los pagos a través de la red de Visa (VisaNet).
Aunque esta transformación se ha ido gestando en estos últimos años, es ahora cuando la Covid-19 ha pisado el acelerador de la digitalización y ha puesto de manifiesto la necesidad de impulsar con determinación los pagos sin contacto y promover un sistema de pago digital con monedas virtuales, seguras y confiables. Pero para que una transformación de este calado pueda desencadenarse, necesita la colaboración y aceptación de los consumidores, los comercios y por supuesto el regulador.
Los consumidores aceptan la transición digital
Los consumidores llevan tiempo operando con estos nuevos modelos de pagos digitales y poco a poco están superando la curva de aprendizaje y eliminando las barreras de resistencia, habituales en estos procesos de cambios. Actualmente podemos decir que cada día se sienten más confortables con dicho cambio y están incrementando la adopción de los pagos digitales, un 16% en 2019, según los últimos datos anuales del Banco de España.
Por su parte, los comercios se han tenido que adaptar en muy poco tiempo para garantizar la supervivencia de sus negocios, ya que las necesidades del consumidor han cambiado, y han sido éstos lo que han demandado nuevas maneras de facilitar el cobro. En el caso del regulador, siempre consciente de las tendencias del mercado, ha establecido un marco de acción. Todavía existe un largo camino por recorrer, pero partiendo de una buena base donde priman valores como la seguridad, la trasparencia y la lucha contra el fraude.
Han pasado 70 años desde que se emitió la primera tarjeta financiera. Desde entonces ha llovido muchísimo y el proceso de modernización que hemos vivido ha sido paulatino pero imparable. Ahora nos encontramos ante un momento crucial, donde el despegue definitivo de la digitalización y un nuevo paradigma en los medios de pago digitales marcarán el futuro. Ya no hay vuelta atrás y está en nuestras manos aprovechar esta coyuntura histórica para avanzar hacia una economía y una sociedad plenamente digitalizadas.
Antonio García Cruz, CEO de Pecunpay.