Financiar como consumidor la adquisición de bienes y servicios para uso profesional tiene un nombre: el crédito al consumo. Es un producto financiero que siempre genera debate sobre la idoneidad o no de recurrir a él para cubrir los gastos ante una necesidad no profesional. Son muchos los motivos por los que se solicita un crédito al consumo: desde el pago de un viaje de vacaciones, la adquisición de un vehículo o reformar la vivienda.
España es el país europeo donde más ha crecido el uso de esta financiación en los últimos cinco años, según la Junta Europea de Riesgo Sistémico. En concreto, ha crecido de media por encima del 10% al año durante el último lustro. Sin embargo, el stock vivo actual del crédito de las Instituciones Financieras Monetarias al consumo de las familias españolas representa solo el 11,8% de la financiación total a las familias. Este dato es similar al de la eurozona y al de Alemania, incluso ligeramente inferior que al de Francia (13,4%) e Italia (15,6%), según el Banco Central Europeo (2018).
¿Cuál es el perfil del consumidor español? Según la fintech Fintonic, uno de cada cuatro españoles tiene un crédito al consumo y el producto que más se compra, gracias a la financiación crediticia, es el coche. Las personas mayores de 55 años son más propensas a recurrir a un crédito al consumo, mientras que los microcréditos son un producto más solicitado entre los jóvenes – uno de cada 100 jóvenes ha solicitado un microcrédito-.
A pesar del crecimiento vivido en los últimos cinco años, la incertidumbre económica generada por la Covid-19 ha afectado a la contratación de los créditos al consumo. Estos cayeron un 78% en el mes de abril comparado con el mismo mes del año pasado. El BBVA dio a conocer que los gastos en tarjetas de crédito pasaron de presentar un aumento del 10% antes del confinamiento a un descenso del 60% después de su aplicación. Algunas de las marcas de préstamos a las que ID Finance presta sus servicios, por su parte, apreciaron un descenso del 25,5% de la demanda entre los meses de marzo y mayo. En este sentido, el endeudamiento de los hogares españoles se sitúa un 1,1% por debajo de los niveles de hace un año, con 7.757 millones de euros menos en un año debido a la caída de los préstamos hipotecarios.
Incertidumbre
Bancos y consumidores viven los meses actuales con incertidumbre ante el devenir de la crisis económica. El Real Decreto para moratorias a los préstamos aprobado por el Gobierno de España ha permitido a ambos afrontar con algo más de tranquilidad el riesgo a estos impagos. La Caixa, una de las entidades más expuestas al impago de los créditos al consumo, aprovisionó recientemente 1.150 millones de euros recientemente ante la previsión de aumento de la morosidad de hasta un 5%. Y, en datos de la propia entidad, durante junio siguió concediendo miles de moratorias ante la imposibilidad de sus clientes de hacer frente a los pagos.
En estas circunstancias, ¿cuál es el rol del crédito al consumo en la economía española? Como se aprecia, las expectativas han cambiado bruscamente para muchos españoles. En junio, todavía muchos ciudadanos contaban con solicitar un crédito al consumo para financiar las vacaciones este verano. Sin embargo, con la incertidumbre que continúa existiendo, uno de cada diez españoles solicitará estos servicios, según los datos obtenidos por ID Finance. La figura del crédito al consumo, unido a la ayuda promovida por el Gobierno de España por medio de los ERTE y el Real Decreto sobre las moratorias de los préstamos, han ayudado a paliar las variaciones de ingresos de los clientes durante los momentos de incertidumbre.
Se aprecia que este producto se va a consolidar como básico para la recuperación económica conforme se levanta el confinamiento provocado por la crisis de la Covid-19. En este aspecto, los créditos al consumo pueden ayudar a aumentar las ventas al por menor, que cayeron un 70% en el mes de junio, ayudando a los cliente a acceder a bienes y servicios y contribuir así a la recuperación económica.
Alexander Dunaev, cofundador de ID Finance.