El 48 % de las empresas españolas consideran que el impacto del COVID-19 ha sido muy grave, frente al 39 % de las empresas del resto de Europa. Así lo ha revelado la investigación que ha llevado a cabo BDO entre 244 líderes empresariales de alto nivel con sede en ocho mercados europeos (España, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Noruega y Reino Unido), con el fin de averiguar qué medidas inmediatas han adoptado para reaccionar ante la pandemia mundial y, sobre todo, cómo han cambiado sus aspiraciones estratégicas y prioridades operativas para los próximos meses.
Alfonso Osorio, presidente de BDO en España indica que “con un cambio sin precedentes en un periodo tan corto de tiempo, hemos sido capaces, a través de este estudio, de conocer la actual visión de los líderes europeos. Hemos identificado variaciones en la práctica sobre los planes de negocio en el corto plazo para poder sobrevivir ahora, y mantener un crecimiento sostenido en el largo plazo, una vez la crisis sanitaria se supere”.
Este informe es el segundo realizado por BDO en 2020. El primero, presentado justo antes del estallido de la pandemia, reflejaba los planes agresivos de crecimiento esperado en 2025 por los líderes europeos, gracias a la inversión en tecnología, talento, e innovación en los productos. Ahora, el informe de BDO ‘European survey: combating the crisis with business resilience’, nos ofrece una perspectiva radicalmente distinta, a pesar de que el crecimiento no está completamente fuera de la agenda. Esta nueva realidad indica que la resiliencia pasa a ser clave, así como un recalibrado de los modelos operativos en cada empresa. Y la sostenibilidad, en cambio, no ha dejado de ser una prioridad empresarial.
Poco optimismo en las empresas
Las principales conclusiones del estudio confirman que el impacto del COVID-19 ha sido muy duro para las empresas europeas y que el apoyo del gobierno ha sido esencial para su supervivencia, a pesar de que el 20 % de los negocios han continuado su actividad connormalidad. En España, más del 68 % de los encuestados considera que las perspectivas económicas empeorarán en los próximos seis meses, frente al 55 % a nivel global. Y en cuanto a las previsiones de crecimiento, se han normalizado, pasando de una destacada progresión (20 %) a la resiliencia y reducción de los costes (21 %).
Alfonso Osorio, presidente de BDO en España incide en que “tal y como reflejaban nuestros estudios específicos sobre el impacto de la pandemia en la logística y el suministro, el COVID-19 también ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las cadenas de suministro para el 45 % de los encuestados en empresas de Europa. La crisis ha provocado un replanteamiento de los modelos de negocio y la necesidad de cambios significativos y las nuevas formas de trabajo se mantendrán a largo plazo, al menos en parte”.
Decisiones atrevidas
Trond-Morten Lindberg, CEO de BDO de la región de Europa, Oriente Medio y África (EMEA), comenta: “Lo que encuentro más alentador de los resultados de nuestra encuesta es que, a pesar del innegable impacto de la crisis, el panorama general no es del todo sombrío. La mayoría de las empresas han modificado sus aspiraciones de crecimiento, pero no se trata solo de las duras decisiones que los líderes empresariales han tenido que tomar para limitar el daño económico, como los despidos temporales o incluso la suspensión de las operaciones comerciales. Para mí, hay un lado positivo en el atrevimiento en la toma de decisiones a la hora de mirar hacia adelante: invertir en talento e innovación, mejorar o adaptar los productos y servicios existentes y repensar y reconstruir las cadenas de suministro propias. Creo que deberíamos fomentar este tipo de decisiones en la adopción de nuevas tecnologías, la mejora de la eficiencia, la adquisición de nuevo negocio o la ampliación de las asociaciones. Son los líderes más atrevidos los que sobrevivirán y tendrán éxito, descubriendo los aspectos positivos de sus reacciones iniciales”.