Tras el confinamiento, la nueva “normalidad” y ahora los nuevos brotes de contagio que afectan a diferentes comunidades españolas, hacen que el teletrabajo tome mayor relevancia entre las organizaciones y se esté convirtiendo en la mejor alternativa para mantener las recomendaciones de distanciamiento social y evitar la interacción cara a cara dentro de la empresa.
Sin embargo, es una realidad que el paso de la COVID-19 ha dejado y sigue dejando muchas secuelas psicológicas en un gran número de empleados. Y es que, el estrés laboral, las cargas familiares y el intento de mantener un equilibrio profesional / personal durante los largos meses de pandemia están dejando su huella. Por ello, David Comí, director y formador de Incrementis insiste en que ahora más que nunca las empresas han de reforzar una adecuada comunicación con sus empleados para aumentar sus capacidades, confianza y contribución, y la formación es la clave para crear equipos virtuales sólidos.
Las diez necesidades del empleado remoto
Desde la organización explican cuáles son los principales problemas o necesidades a los que se enfrentan día a día los trabajadores home-office y que las empresas deberían detectar para reforzar y potenciar las habilidades y capacidades de cada uno de sus empleados.
- Ofrecer acciones formativas virtuales con un enfoque práctico, útil y dinámico.
- Saber comunicarse de una forma más práctica, concreta y asertiva en situaciones de interacciones en remoto y /o videoconferencia.
- Incrementar hábitos de consecución: autodisciplina, constancia y perseverancia.
- Reducir la sensación de agobio, ansiedad y estrés.
- Aumentar la autodisciplina y concentración, imprescindible en un entorno diferente a una oficina.
- Adquirir pautas, técnicas y hábitos para aprovechar el tiempo que se dedica a trabajar desde casa como si se hiciera en la oficina.
- Pensar, decidir y actuar con claridad y simplicidad para conseguir fácilmente resultados.
- Saber recopilar, clasificar y aplicar la información necesaria y precisa.
- Aprender a crear barreras entre lo urgente, lo importante y lo informativo.
- Aprender a establecer prioridades clave entre las exigencias del día a día.
Y es que una comunicación eficaz entre la empresa y los empleados reforzará las relaciones y evitará situaciones de estrés que a la larga pueden desencadenar en posibles conflictos, pérdidas de tiempo y dificultades para trabajar con eficacia.