La gestión de los ERTEs está siendo una batalla farragosa para el Gobierno desde el mismo momento en que se aprobaron. Una de las medidas económicas más importantes que debería de salvar al tejido empresarial español tras la crisis sanitaria, se ha convertido en un quebradero de cabeza para todos los implicados. Al igual que pasó con los ICOs, las relaciones entre las entidades bancarias y el Gobierno a la hora de gestionar no son nada buenas. Y lo peor, es que no parece mejorar con el pasar de los días.
Ayer nos informaba El Confidencial que el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal), dependiente del Ministerio de Trabajo, había cometido una serie de errores cuyas consecuencias podrían provocar todo un tsunami económico y social, ya que estaban obligando a reclamar parte o la totalidad de las ayudas de los ERTEs, ya cobradas. El problema es que le está exigiendo a los bancos que sean ellos quienes hagan las reclamaciones cuando, según El Confidencial, los errores son de la Administración.
Para que lo entendamos, el SEPE y las patronales bancarias firmaron un acuerdo de colaboración por el que, entre otras cosas, establecieron la «hoja de ruta» para la gestión de los ERTEs. Según esta, la administración envía a los bancos adheridos al acuerdo un fichero provisional sobre quiénes son los beneficiarios y la fecha de pago. Basándose en esto, las entidades bancarias adelantan los pagos a los clientes y después, Trabajo envía la lista definitiva.
El problema que se ha venido detectando es que estas dos listas no coinciden, por lo que muchos trabajadores han recibido una ayuda o parte de ella para la que no tenían derecho. Fue la banca quien se dio cuenta del error e informó al SEPE quien, según ABC, contestó que «no se trataba de errores«, sino de «movimientos que han hecho los gestores por variaciones en la prestación», para reconocer después, y siempre según estas fuentes «que estaban evaluando posibles errores generales».
Al malestar de la banca por tener que dar la cara ante los clientes y la crisis de reputación se le suma los «tira y afloja» que también han tenido con la Administración por los préstamos ICO, que mencionábamos al inicio de este artículo. Por todo ello, una de las patronales bancarias más importantes del país, CECA, ya ha informado al SEPE que sus asociados (Bankia o Caixabank, entre otros) van a dejar de pagar los adelantos de los ERTEs, como se venía haciendo, al menos, hasta que se subsanen los errores.