Las autoridades sanitarias siguen pidiendo precaución para minimizar el riesgo de contagio durante el desconfinamiento. Una de las medidas más efectivas para detectar si alguien tiene fiebre son las cámaras térmicas, que miden la temperatura corporal de las personas y que está siendo ya instalada en algunos países. La multinacional encargada dede la tecnología médica y de seguridad Dräger explica cómo puede ayudar a la sociedad este dispositivo que está aumentando cada vez más su demanda.
Uno de los síntomas más evidentes y prematuros del COVID-19 es la fiebre. Ahora, con la apertura paulatina de los grandes espacios se está apostando por la utilización de cámaras térmicas. Tal y como detalla el fabricante Dräger, estas herramientas escanean y detectan los focos térmicos de una persona que superen la temperatura fijada. Así, si se encuentra a alguien que puede ser indicativo de que tenga unas décimas de más, esa persona pasaría a una segunda revisión más en profundidad para descartar un posible contagio.
Con la crisis del coronavirus, las cámaras térmicas se están aplicando en lugares concurridos como aeropuertos, estaciones de tren, oficinas, etc. El procedimiento es parecido al escáner de seguridad que se lleva a cabo para localizar, por ejemplo, los metales.
Al mismo tiempo, las cámaras térmicas posibilitan que no haya contacto alguno con las personas a las que se le vaya medir la temperatura, minimizando de esta manera el riesgo de contagio del coronavirus.
En palabras de Dionisio Martínez de Velasco, Managing Director de Dräger Iberia, “la sociedad poco a poco empieza a salir a las calles, a desplazarse, a acudir físicamente a los puestos de trabajo… en definitiva, a tener contacto con los demás. Las cámaras térmicas ayudan a detectar de una manera rápida si alguien tiene fiebre. Paralelamente al uso de este tipo de dispositivos, todos y cada uno de nosotros debemos seguir cumpliendo con las medidas de seguridad establecidas por las autoridades sanitarias”.