A tan solo 24 kilómetros de Santander se encuentra Torrelavega, la segunda ciudad más poblada de Cantabria. Con 52.000 habitantes y un área metropolitana que roza los 100.000, esta ubicada en la comarca de Besaya, a escasos ocho kilómetros de la costa cantábrica y en la confluencia de los ríos Saja y Besaya.
Sede de un importante foco comercial e industrial, Torrelavega está inmersa en un amplio valle que facilita las comunicaciones en sentido norte-sur y este-oeste, lo que pronto generó en este área un importante cruce de caminos entre las vías que unen la Meseta con la costa cantábrica y las que recorren Cantabria paralelas a la costa.
Esta ubicación, unida a los recursos naturales sobre los que se asienta, sentaron las bases de una industria que impulsó el desarrollo urbano desde finales del siglo XIX. Industrias alimentarias, extracción de mineral y actividades relacionadas con la ganadería del entorno fueron el motor de la conversión de la villa en ciudad.
Ya en el siglo XX se asentaron algunas de las grandes compañías que continúan funcionando en nuestros días, como Solvay, SNIACE o Aspla.
Sin duda, Torrelavega ha sentado las bases para un nuevo modelo productivo, en el que la industria sigue teniendo un papel preponderante pero con un perfil más competitivo, sostenible e innovador, incorporando nuevos sectores tractores y el papel como centro logístico de conexión con la Meseta. En la actualidad la ciudad de Torrelavega completa su tradición industrial y ganadera con unos servicios especializados que emplean a un porcentaje creciente de la población.
Además, la ciudad ha potenciado su sector primario y sus suelos de muy alto valor agrológico en todas las escalas: agricultura de proximidad, sector ganadero e industria agro-ganadera de transformación.
Por todos estos motivos, Torrelavega forma parte de la red Invest in Cities-Ciudades atractivas para la inversión.
Sector terciario, emprendimiento y futuro
En una ciudad en la que la crisis de la industria afectó considerablemente, la apuesta por el sector terciario y la adaptación a los nuevos cambios ha sido fundamental.
El actual alcalde, Javier López Estrada cree que Torrelavega ha vivido una implosión de solidaridad y justicia social, con referentes tan importantes como la fundación Asilo, Amat, Amica, Coorcopar y muchas otras. «A nivel económico también hemos vivido una importante transformación y adaptación a los nuevos modelos, en los que ha tomado un peso cuantitavo mucho mas importante el sector servicios. Hemos vivido, por tanto, una terciarización del sistema productivo al igual que todo nuestro entorno a nivel nacional y europeo», asegura en declaraciones a El Diario Montañés.
Para contribuir a la recuperación económica entiende que se tienen que afrontar los retos más importantes para el desarrollo como frenar la pérdida de población, solucionar los problemas de aparcamiento y reinventar a ciudad para la utilización de los cientos de locales vacíos que el cambio de modelo ha dejado. Otra clave, según López Estrada, es trabajar en los proyectos estratégicos de manera conjunta, y sin pudores. «Les tenemos identificados en el documento del Plan Estratégico Torrelavega 2026, el soterramiento, el conservatorio de música y danza, el centro de las artes y de la cultura de La Lechera y la transformación del Mercado Nacional de Ganados», enumera.
Confía en que lo mejor para esta urbe está por llegar porque «los torrelaveguenses tenemos derecho a creer en una ciudad mejor, más justa, más rica, más verde». «Es fácil recurrir a la nostalgia y recordar tiempos mejores. Esos recuerdos son sesgados por el paso del tiempo, nuestros abuelos se mataron trabajando, teniendo la cuarta parte de nuestros derechos, la décima parte de nuestras cosas materiales, el 80% de nuestra esperanza de vida. No recordamos ya tampoco esa ciudad infectada por la heroína con cientos de jóvenes falleciendo y la contaminación que mataba nuestro aire, nuestros ríos o las playas vecinas. Hemos de ser razonables y valorar en su justa medida la gran ciudad que hemos heredado», expresa.