Nos encontramos en una situación atípica, un escenario donde hemos tenido que dar un vuelco a parte de nuestros contenidos y empezar a usar herramientas y recursos que, aunque antes ya las usábamos, ahora les tenemos que sacar el mayor rendimiento posible con nuestros alumnos en la distancia. Por esta razón, me gustaría levantar un poco la vista sobre este escenario online que ahora nos envuelve y poder valorar los beneficios y ventajas que nos podrá dar toda esta situación, cuando acabe, y volvamos nuevamente a nuestras clases, mesas, libros y, sobre todo, a esa cercanía diaria que ahora tanto echamos de menos.
Con respecto a este aprendizaje, sabemos que los estudiantes de hoy necesitan un contenido más relevante para captar su atención desde casa y esto sumado a que puedan marcar su propio ritmo y personalización. Esta necesidad la podemos cumplir con el modo de aprendizaje en línea; los estudiantes pueden aprender a su propio ritmo y con ciertas comodidades.
Es cierto que el método de aprendizaje en línea puede ser adecuado para todos si hablamos de alumnos con una cierta madurez, pero está muy lejos de la realidad en la que nos encontramos hoy en día, ya que tenemos que continuar dando clases a alumnos de primaria e incluso secundaria que madurativamente les está costando mucho esta adaptación.
La revolución digital nos ha llevado a cambios notables en la forma de acceder, consumir, debatir y compartir el contenido, pero hay una parte fundamental en esta revolución y que ahora mismo tenemos que tener en cuenta: adaptar todos esos recursos y tecnologías al nuevo escenario.
Si bien el e-learning puede parecer una herramienta de aprendizaje disponible para cualquier persona, en realidad no lo es. No todos los alumnos tienen acceso estable a Internet y a dispositivos que sean lo suficientemente potentes como para admitir todo ese contenido digital o, incluso, algunos pueden tener todas las tecnologías necesarias, pero tener dificultades para usarlas. Por ejemplo, esta situación se nos refleja en ese grupo de alumnos de los primeros cursos de primaria donde su dependencia a la tecnología en este tiempo es la misma que la del adulto que tengan cerca para gestionar y ayudarles en todas esas tareas que les hacemos llegar como docentes.
La importancia del feedback
Un aspecto importante que cabe destacar es la retroalimentación, o conocido popularmente como feedback. Para mí es uno de los principales impulsores en el progreso de nuestros alumnos. Los alumnos obtienen un mayor aprendizaje cuando conocen y corrigen sus defectos y puntos débiles. Es cierto que como docentes “en linea” debemos brindar esa retroalimentación a nuestros alumnos, pero es posible que aún no tengamos o no conozcamos suficientes recursos para trabajar con ellos adecuadamente en la distancia, pero es un trabajo autodidacta que estamos haciendo día a día, ayudándonos de fantásticos #clautrosvirtuales donde cantidad de compañeros ponen y crean desinteresadamente sus experiencias y conocimientos o donde empresas educativas han facilitado recursos de forma gratuita. Continuamos con el objetivo de evitar que nuestros alumnos se nos retrasen, tengan lagunas en su conocimiento y no completen las tareas con suficiente éxito.
Resumiendo, el aprendizaje en línea tiene sus ventajas y desventajas. Tenemos una parte que se centra principalmente en la disponibilidad, los bajos costes y la flexibilidad de todo el proceso y otra parte que como docente, nuevo en esta situación, sus principales factores son los personales y emocionales ante el alumno.
Los beneficios del aprendizaje online son obvios y con toda seguridad nos dejará grandes recursos y herramientas que podremos llevar a nuestra aula una vez acabada esta situación, el complementar estos recursos con la presencia en un aula será mucho más fácil que el proceso inverso que estamos viviendo hoy en día, aun así, es importante recordar que no todos los contenidos o habilidades se pueden enseñar en línea. Cierta educación requiere presencia física, trabajar con objetos no digitales y en un entorno diferente. Además, a veces solo la presencia física puede ayudar a los alumnos a desarrollar las habilidades necesarias, tanto profesionales como sociales.
En mi opinión el aprendizaje online puede convertirse en una gran adicción al proceso de aprendizaje tradicional permitiendo una mayor diversidad entre alumnos y culturas, pero la ventaja que debemos obtener de todo esto, debe ser la capacidad de desarrollar ambos tipos de tecnologías educativas por igual y aprender a combinarlas de la manera más efectiva para obtener los mejores resultados.
Para muchos de nuestros alumnos, el colegio no es solo el lugar donde pueden aprender, también es el lugar donde vienen a socializar, a hacer nuevos amigos y a aprender algo más de sus profesores. Con el aprendizaje online, esto puede ser difícil (si no imposible) de lograr.
Ahora tenemos que hacer uso de plataformas de cideoconferencias o de chat, crear esas clases virtuales donde podemos hablar entre nosotros, compartir dudas y enseñar de una forma un poco más cercana. Pero es cierto que el nivel de conexión personal difícilmente será el mismo que en el aula. Es por eso que algunos alumnos pueden sentirse aislados y privados de apoyo y es aquí donde debemos estar atentos y personalizar más aún el aprendizaje y la atención digital. No podemos perder la pauta del seguimiento.
Aprovechando que hablamos de pautas, creo que otro valor que estamos aprendiendo en este aprendizaje online es trabajar con las pautas de tiempo, es decir esas ventanas de tiempo como yo las llamo, y donde nos permite marcar las entregas de tareas, pero de una forma mucho más autónoma. Ya no tenemos el tiempo de clase para hacerlo, sino un tiempo marcado de principio a fin donde yo me organizo para hacerlo, ahora el modelo de “clase invertida” vuelve a coger fuerza y se adapta a esta nueva situación.
Poder aprender a un ritmo cómodo y que los alumnos puedan organizar su aprendizaje por su cuenta puede ser un poco desastre para algunos de ellos. Si bien algunos son buenos en la autoorganización, otros no pueden hacer esto sin tener una fecha límite para escribir una tarea y la necesidad de informar de su progreso al profesor.
En definitiva, todos los cambios tecnológicos y esfuerzos de transformación generalmente implican un cambio cultural. Por ello, algunos elementos que vale la pena reflexionar pueden ser: Que el aprendizaje en línea requiere disciplina, es verdad que la educación tradicional también la requiere, pero el aprendizaje en línea tiene menos control. Esa realidad va a favorecer a cierto tipo de alumno sobre aquellos que están tratando de orientarse en su propio horario. Y, por otro lado, que el aprendizaje será digitalizado. Este cambio de proceso significará que los profesores tienen que pasar a lo digital, cambiando estilos y metodologías para un nuevo escenario. Esto puede provocar el retroceder o introducir, incluso, una nueva generación de docentes.
Jorge Calvo Martin, Asesor y Formador EdTech, ICT Head Colegio Europeo de Madrid Cognita Schools.