Hoy hemos conocido nuevos datos sobre la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2019, que revelan un empeoramiento del mercado laboral, que cerró el año pasado con 402.300 nuevos empleos (158.000 menos que en 2018) y una reducción del desempleo en 112.400 personas, frente a los 462.400 parados menos registrados en 2018.
La tasa de paro se ha reducido en menor cuantía que en 2018, situándose en el 13’8% a final de año, frente al 14’5% registrado en diciembre de 2018.
No obstante, la EPA refleja un incremento de la ocupación de 92.600 personas en el cuarto trimestre, en contraste con la tendencia de desaceleración de la afiliación a la Seguridad Social observada durante los trimestres precedente. Asimismo, como aspectos positivos de esta EPA, cabe destacar el dinamismo de la contratación indefinida, en detrimento de la contratación temporal, que se ha reducido, y la evolución del empleo femenino a tiempo parcial, que mejora el registro del total del empleo en el periodo.
El empleo ha registrado en 2019 una evolución menos favorable que el año anterior, en línea con el menor ritmo de la actividad económica, la incertidumbre y el incremento de los costes laborales. Todo ello ha influido en una mayor dificultad para mantener el ritmo de creación de empleo y la reducción del paro a niveles de ejercicios precedentes.
Por ello, CEPYME considera preciso articular medidas que garanticen la seguridad jurídica y generen confianza, ya que las pequeñas y medianas empresas tienen menos herramientas para afrontar situaciones de incertidumbre. Para la patronal, «es necesario incentivar la actividad de las pymes, reduciendo trabas burocráticas y costes que obstaculizan la generación de empleo».
En esta línea, resulta imprescindible impulsar el diálogo social, como marco en el que los interlocutores sociales puedan acordar medidas eficaces de apoyo a la actividad económica.