Lo tienes claro, vas a comprar un portátil profesional nuevo, ¿pero tienes claro todo lo que necesitas? Elegir nunca es fácil, normalmente damos prioridad a aspectos como el procesador y la memoria RAM, olvidándonos, en el proceso, de otros aspectos que son igual de importantes.
Por ello hemos querido dar forma a este artículo, donde vamos a repasar tres cosas imprescindibles a las que no siempre damos el valor que merecen, y que debe tener, sí o sí, tu nuevo portátil profesional.
Ten en cuenta si omites alguna de ellas no disfrutarás de una experiencia de uso totalmente óptima, así que busca un modelo equilibrado que cumpla con cada uno de estos tres puntos.
- Pantalla de, al menos, 13 pulgadas y resolución 1080p: el tamaño de pantalla y la resolución son dos aspectos fundamentales que afectarán a tu productividad. Una pantalla muy pequeña y una resolución inferior a 1080p tendrán un impacto negativo en tu capacidad de trabajo y te impedirán desarrollar de forma óptima todo tu potencial. Sí, sé que hay equipos con pantallas de hasta 8,4 pulgadas, pero se dirigen a nichos muy concretos y no están pensados para trabajar con ellos durante varias horas consecutivas.
- Unidad SSD: es fundamental. La mayoría de los portátiles profesionales que se comercializan hoy en día vienen ya con un SSD incorporado, pero todavía hay modelos que utilizan discos duros de 500 GB o de 1 TB. Tienen mayor capacidad de almacenamiento, pero el rendimiento que ofrecen es mucho menor, tienen tiempos de acceso y latencias elevadas y reducen la fluidez general del sistema. Un SSD marca una diferencia enorme, así que es imprescindible.
- Entre 8 y 10 horas de autonomía: un portátil profesional que no sea capaz de ofrecer una buena autonomía no nos permitirá completar una jornada de trabajo sin tener que cargarlo. Esto puede ser un problema, sobre todo para aquellos profesionales que están continuamente en movimiento y que no pueden depender de tener un enchufe cerca. Los modelos con mayor autonomía nos permitirán trabajar con mayor libertad.
Obvia decir que esos tres puntos deben ir acompañados de otras dos claves importantes para asegurar un buen rendimiento y una larga vida útil en un equipo profesional: un procesador de nueva generación tipo Core i5 8000U o Ryzen 5 2500U y 8 GB de memoria RAM, como mínimo.
Si compramos un equipo que no cumpla con todos estos puntos no solo no tendremos una experiencia de uso verdaderamente buena, sino que además habremos hecho una inversión que no podremos amortizar al mismo nivel, y puede que nuestro nuevo portátil se nos quede pequeño antes de lo que nos gustaría.