El mercado de valores puede ser una plataforma idónea para el crecimiento de las empresas, especialmente para las menos grandes. El acceso a financiación, el incremento de visibilidad, una valoración continua basada en la oferta y la demanda, y la liquidez de las acciones de la empresa, son las principales ventajas que el MAB ofrece a las empresas en expansión para que puedan gestionar sus proyectos con mayor eficiencia y acelerar los procesos necesarios para ello.
Efectivamente, estas oportunidades que ofrece el mercado pueden conformar un círculo virtuoso en la expansión de las empresas. El incremento de visibilidad de la empresa facilita el acceso a más inversores y, por tanto, a una financiación más eficiente; asimismo, un mayor número de inversores incrementa la liquidez de las acciones y contribuye a una valoración objetiva de la empresa en el mercado. Entrar en el MAB puede ser en definitiva una gran oportunidad de triunfar para una pyme.
Las siguientes son las ventajas que obtienen la empresas si entran en el mercado de valores, tal y como asegura la web Bolsas y Mercados.
Financiación del crecimiento de la empresa
En un entorno empresarial cada día más competitivo, el crecimiento continuo se ha convertido en uno de los objetivos básicos para la empresa. Una gestión eficaz debe perseguir no sólo la obtención de los recursos necesarios, sino el mantenimiento del equilibrio entre fondos propios y ajenos.
La ampliación de capital, coincidiendo con su salida al mercado o en un periodo posterior, es una forma idónea de obtener fondos para sostener la expansión de una empresa. El MAB es un marco muy adecuado para obtener financiación mediante recursos propios para empresas en expansión.
La financiación a través de recursos propios es, por tanto, imprescindible para aportar a la expansión de la empresa características de solidez, flexibilidad y reducción de riesgo financiero.
El MAB facilita el acceso de la empresa a una amplia comunidad inversora. Inversores nacionales e internacionales; institucionales y minoristas, posibilitan una colocación de capital diversificada, flexible y planificada que permite a los accionistas mayoritarios mantener el control de la empresa.
Las pequeñas y medianas empresas, por primera vez, pueden disponer de financiación vía recursos propios a través del mercado. Acceden a nuevos inversores, diferentes del capital riesgo o los business angels, gracias a su cotización pública.
Las empresas cotizadas utilizan con frecuencia sus propias acciones como medio de pago en los procesos de fusión y absorción de otras empresas. Al gozar de liquidez en un mercado, los accionistas de la empresa absorbida pueden optar entre permanecer en la nueva compañía fusionada o vender sus acciones en el mercado en cualquier momento.
También pueden utilizar las acciones para realizar un intercambio accionarial con accionistas de otras empresas para darse entrada mutuamente en sus compañías con una participación significativa.
Notoriedad, prestigio e imagen de marca
Cotizar en el MAB aporta a la empresa solvencia, transparencia y prestigio. Una empresa que está preparada para salir al MAB ha alcanzado un alto grado de organización y control. Y sobre todo ha conseguido la confianza de los inversores en su proyecto.
Este prestigio es también reconocido por clientes, proveedores e interlocutores financieros de la compañía, lo que facilita las relaciones con todos ellos.
El MAB es noticia todos los días. Y las empresas cotizadas gozan de una mayor presencia en los medios de comunicación, dada la mayor demanda de información de los inversores y analistas del mercado. Esta mayor notoriedad potencia el prestigio y la imagen de marca de la empresa y complementa los esfuerzos de marketing y comunicación de la propia compañía.
Una valoración objetiva de la firma
Las acciones de una compañía que cotiza en el MaB cuentan con un valor de mercado objetivo. Efectivamente, el precio de las acciones se forma por la libre concurrencia de la oferta y la demanda. El MaB y los mercados en general incorporan las expectativas de crecimiento y beneficios en la valoración de las empresas cotizadas, así como otras variables externas a la empresa. Esta particularidad distingue los precios de las operaciones en los mercados de los que se determinarían atendiendo a otros métodos.
Liquidez para los accionistas
La facilidad de convertir las acciones en dinero, es uno de los atractivos más importantes del mercado para los accionistas y potenciales inversores.
Las acciones de las empresas cotizadas son un instrumento de pago de elevada liquidez, susceptible de ser utilizado en una operación financiera. De hecho, muchas operaciones de ampliación de capital de las empresas cotizadas en el MAB han sido no dinerarias, es decir, las acciones de la empresa han sido utilizadas como contraprestación para la adquisición de otra compañía.
Las acciones de las empresas cotizadas son un instrumento de pago de elevada liquidez, susceptible de ser utilizado en una operación financiera.
Además, las empresas cotizadas en el MAB cuentan con ‘proveedores de liquidez’. Se trata de un intermediario bursátil con el que la empresa o alguno de sus accionistas de referencia firma un contrato de liquidez. El proveedor de liquidez ofrece posiciones de compra y venta durante la sesión de mercado para facilitar una liquidez constante del valor. El objetivo de los contratos de liquidez es favorecer la liquidez de las transacciones, conseguir una suficiente frecuencia de contratación y reducir las variaciones en el precio cuya causa no sea la propia tendencia del mercado.