El ransomware sigue siendo una de las amenazas de seguridad más importantes para empresas y profesionales independientes, y obviamente también para las pymes. Pensar que una empresa pequeña no sufrirá ataques por su tamaño o que tendrá menos riesgo de infectarse con malware por el hecho de llevar a cabo una actividad más modesta es un error que puede acabar costándonos muy caro.
Las amenazas de seguridad y el malware no distinguen a las empresas por su tamaño, de hecho en los últimos trimestres se ha visto una tendencia por parte de los cibercriminales a lanzar ataques con mayor intensidad contra la pequeña y mediana empresa por una razón clara y simple: están menos protegidas y sus ataques tienen más posibilidades de éxito.
Existen muchos tipos de malware a día de hoy, pero como hemos anticipado el ransomware es uno de los más peligrosos, y de los más dañinos, ya que secuestra el equipo que infecta y bloquea el acceso a los datos y archivos, pidiendo un rescate para que podamos volver a acceder a los mismos. Algunas versiones avanzadas pueden, incluso, reproducirse y extenderse a otros sistemas que estén conectados a nuestra red de trabajo.
Su impacto puede ser enorme y sus consecuencias, como dijimos, muy graves. Por suerte podemos protegernos de una manera sencilla y económica siguiendo los tres pasos que vamos a ver a continuación:
- Utiliza un software antimalware con protección y monitorización en tiempo real. Tanto dicho software como todo el que utilices en tu pyme debe estar debidamente actualizado, ya que esto contribuye a reducir el riesgo de infección.
- Conoce los datos que son clave para tu empresa y haz copias de seguridad tanto en local como en la nube. Esto te permitirá contar con un plan de respuesta si sufres una infección por ransomware, ya que podrás recuperar los datos y el proceso de recuperación será mucho más rápido, sencillo y económico.
- Educa a tus empleados en materia de seguridad básica. Esto implica aspectos como el uso sensato de Internet, la prevención y la idea de no hacer clic en enlaces y descargas de fuentes dudosas hasta que estemos seguros de que son legítimas.
Podemos completar esas tres claves con un sencillo plan de respuesta en caso de infección que evite la extensión de la misma a otros equipos que tengamos conectados en nuestra red de trabajo. Las copias de seguridad son clave en este sentido, pero también puede ayudar establecer un protocolo de desconexión urgente y rápida de todos los sistemas para impedir que una infección se extienda con rapidez.