Con motivo de la inauguración del Centro de Excelencia en Manufactura Digital e Impresión 3D que HP inauguró el miércoles en Sant Cugat del Vallés (Barcelona), tuvimos la ocasión de hablar con Ramón Pastor, VP y director general de impresión 3D de la compañía sobre esta rama de la impresión.
El nuevo edificio se sitúa en el campus de Printing and Computing Solutions que HP tiene a las afueras de la ciudad catalana. Rodeado de vegetación y enclavado frente a unas colinas y una antigua masía, solo el centro destinado al 3D ocupa lo equivalente a tres campos de fútbol y se abrió por primera vez hace unos seis meses.
Desde este rincón de Cataluña, HP fabrica en 3D para todo el mundo. Aunque Estados Unidos es el país con mayor volumen de importaciones debido a su potencial económico y financiero, nos sorprendió saber que no fue el primero en adoptar esta tecnología, sino que se le adelantó Europa. Así, el mayor cliente que tiene HP en Europa (siempre refiriéndonos al negocio del 3D) es Alemania, «es el país con la estrategia industrial 4.0 más evolucionado».
Le sigue Italia, cuyo gobierno ha establecido un sistema de ayudas «muy agresiva» a esta industria, que está provocando un despliegue importante del mercado. En tercer lugar está el mercado español, que supone un 10% aproximadamente del total del negocio de 3D de HP a nivel mundial, por varias razones, según nos explicó Pastor:
- La mayoría de nuestro tejido empresarial es pyme y la impresión 3D es muy atractiva para ellas, ya que se crea una economía de escala a la que pueden acceder.
- El tamaño de nuestras empresas (en comparación con las de EE.UU., por ejemplo) les permite ser más ágiles a la hora de adoptar la tecnología.
- El centro de HP se encuentra en España y sus directivos han hecho mucha evangelización por las principales ciudades que está dando sus frutos y ha convertido a nuestro país en uno de los referente del 3D, mucho más de lo que le correspondería por peso industrial.
«En España, si somos rápidos tenemos muchas oportunidades, el Gobierno también está poniendo las medidas necesarias y hay que aprovecharse que nosotros estamos aquí. Contamos con un centro de demostración en Tarrasa, es un hub donde ayudamos a las pymes a iniciarse en este negocio. Lo tenemos todo para conseguirlo. Si no nos dormimos y nos despertamos en unos años, claro», finalizó Pastor.
Pero, ¿qué tipo de pyme estaría interesada en el 3D? Aquellas dedicadas a las cadena de suministro Tier 1, 2 y 3 del automóvil, «todas aquellas de utillajes de líneas, empresas de consumo como el calzado, insertos, etc..», nos contó Pastor.
Rompiendo barreras con el 3D
Con una facturación global de cerca de 10.000 millones de dólares, el negocio de 3D de HP es aún pequeño dentro del esquema global de la compañía, pero la perspectiva es más que ambiciosa. «La idea es aumentar este mercado y hacerlo crecer», nos comentó Pastor, «hace poco más de dos años, introdujimos la primera máquina de 3D industrial en el mercado y ya, a finales de 2017, ya teníamos el market share más importante del mundo».
«Hoy en día tenemos una cuota de mercado de impresoras industriales 3D que nos han convertido, de largo, en líderes en plástico industrial«. Sin embargo, el directivo aclaró que el objetivo no es tanto el market share como el hecho de conseguir romper barreras. Una de esas metas era poder convertir lo que está hecho en CNC 2D, extrusión, etc… en 3D «y es lo que hemos conseguido con la nueva máquina. Por fin existe una impresora que tiene las características necesarias para hacer esta revolución».
Pastor se refiere a las nuevas incorporaciones al portfolio de la compañía, los modelos HP Metal Jet, uno de los avances más importantes en el mundo de la impresión 3D. Están pensados para trabajar con piezas en metal manteniendo una alta calidad sin renunciar a una elevada capacidad productiva y un bajo coste operativo, tres claves imprescindibles para cualquier empresa.
Estas inversiones han provocado que el negocio viva un momento de inflexión. «En el último año hemos hecho 10 millones de piezas, para el año que viene, uno solo de nuestros clientes tiene ya un plan de producción de 20 millones de piezas».
El centro de excelencia tiene dos laboratorios, uno de plástico y otro de metal (que también visitamos y cuyo reportaje fotográfico publicaremos en unos días). Estos dos espacios son los encargados de «escupir» a diario las piezas que van destinadas a todo el mundo, y en su diseño han tenido muy en cuenta un aspecto que preocupa mucho a los gobiernos y a la sociedad: la economía circular. Si bien el plástico parece haberse convertido el enemigo público número uno de la sostenibilidad, el centro de HP han sabido sacarle todo su potencial y, además, «llevarse bien» con el medio ambiente. Lo cierto es que no tendría sentido de otra forma.
«Parte del plástico que utilizamos se solidifica y da lugar a la pieza, y la parte del polvo que sobra se vuelve a utilizar al 100%. Al final, no se tira nada que no se construya, y todo es 100% reciclable, utilizamos termoplásticos semicristalinos, además, la mitad de nuestros materiales tienen un origen vegetal (no del petróleo)», indicó Pastor.
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