Antes de explicar cómo hacer una campaña de marketing es conveniente explicar en qué consiste esta acción. El concepto campaña hace referencia a una serie de acciones que se van a llevar a cabo durante un período de tiempo concreto, bajo una serie de objetivos y siguiendo una serie de estrategias. De este modo, una campaña es un proceso intermedio que debe plantearse en un plan de marketing y que tendrá una o más acciones determinadas.
El plan de marketing, por su parte, viene a ser un documento escrito que resume lo que el especialista en el sector ha aprendido sobre el mercado, que a su vez indica cómo la empresa pretende alcanzar sus objetivos de mercadeo y que facilita, dirige y coordina los esfuerzos de marketing.
Hay que tener en cuenta que una campaña de marketing se diferencia de una de publicidad en que la segunda está enfocada a llamar la atención sobre un producto o servicio mediante anuncios pagados y mensajes persuasivos. La primera es aquella mezcla de actividades comerciales con el objetivo de reunir a compradores y vendedores.
Análisis
El primer paso de la campaña es hacer un análisis. Algo que parece simple pero hay que explicar. En primer lugar, es conveniente realizar un análisis interno de la situación de nuestra empresa. En el mismo, es conveniente examinar siete puntos importantes de nuestra estrategia digital. El sitio web, el blog, el posicionamiento SEO, las redes sociales, el email marketing, la publicidad digital y la analítica web. En este punto es muy importante tener actualizado tanto nuestro blog como las redes sociales, conocer nuestro posicionamiento orgánico así como nuestros suscriptores, el porcentaje medio de apertura, las métricas que utilizamos y nuestro tráfico de visitas así como el número de conversiones entre otras cosas.
Pero además del análisis interno, también debemos realizar un análisis externo. Aquí debemos conocer el mercado a fondo y examinar correctamente el sector en el que competimos. Debemos ser capaces de definir nuestro público objetivo, el perfil de nuestro cliente y también debemos investigar a la competencia para saber donde tienen presencia digital, qué acciones han generado resultados y los errores que han cometido.
Y por otro lado, está el clásico modelo DAFO, que consiste en examinar pormenorizadamente las debilidades, las amenazas, las fortalezas y las oportunidades para definir nuestro plan.
Objetivos a alcanzar
Cuando realicemos una campaña debemos tener claros los objetivos que queremos alcanzar. Estos pueden ser variados, ya que van desde conseguir un número determinado de ventas, generar una lista de potenciales compradores del nuevo producto, aumentar la cantidad de fans en Facebook o de seguidores en Twitter hasta obtener un número mínimo de conversiones en nuestro sitio web o dar a conocer nuestro producto a un número determinado de personas.
Para conseguir esos objetivos hay que aplicar una serie de métricas que podrían ser, en función de los objetivos mencionados anteriormente la cantidad de visitas a nuestro sitio web, el tiempo de permanencia o las páginas visitadas. Por otro lado, la cantidad de suscriptores a nuestra base de datos, la cantidad de fans o seguidores, el alcance de las publicaciones o de las menciones y las ventas mínimas viables.
En este apartado es necesario, plantear la estrategia adecuada para alcanzar esos objetivos y las acciones posteriores para conseguir llegar a la meta. Las estrategias son consecuciones de acciones mediante las que se consiguen lograr una serie de objetivos específicos y que cuentan con una serie de presupuestos asignados a cada una de ellas.
Un ejemplo de estrategia consiste en realizar el cross-channel, que sirve para integrar todos los canales de los que dispone nuestra marca para llegar más fácilmente a nuestros usuarios.
Ejecución de la estrategia
Una vez que tenemos claro nuestro objetivo y la estrategia que vamos a plantear para conseguirlo, debemos ejecutarla. Hay que tener meridianamente claro el tiempo de duración de la campaña para destacar si en los meses que se desarrolla existen festivos o períodos especiales como las rebajas o días clave en función del negocio en los que hay que actuar de otra manera.
Aquí también juega un papel fundamental la elección del momento adecuado para ejecutar la estrategia. Hay que ser capaces de aprovechar la oportunidad. Si hemos realizado un buen trabajo de campo en el apartado de análisis estaremos más cerca de acertar con el momento en el que más podemos impactar en nuestros potenciales clientes.
Por otro lado, debemos saber exactamente el presupuesto del que disponemos y detallar claramente qué cantidades vamos a destinar a cada una de las partes, lo que nos va a permitir tener un control exhaustivo del gasto.
Por lo tanto, la realización de las acciones planteadas en la campaña debe estar encaminada a obtener los mejores resultados. Es decir, conseguir el máximo beneficio posible con el menor gasto.
Una vez finalizado el proceso, debemos ser capaces de analizar los resultados, para estudiar a fondo la evolución y saber dónde hemos acertado y dónde no. A raíz de este análisis seremos capaces en un futuro de corregir los errores cometidos y optimizar resultados.