La última directiva europea de copyright fue aprobada el pasado mes de febrero y supuso varios cambios importantes en la legislación vigente. El acuerdo alcanzado en Estrasburgo entre Parlamento Europeo, el Consejo de la Unión Europea y la Comisión Europea supuso según este último organismo que el copyright y los derechos de autor «se ajusten a la era digital en Europa y aporten beneficios tangibles a todos los sectores creativos, la prensa, los investigadores, los educadores, las instituciones de patrimonio cultural y los ciudadanos«.
Dicho acuerdo fue ratificado por el Parlamento Europeo el 26 de marzo, por lo que la normativa actual, que renueva los derechos de autor a nivel comunitario, quedó definitivamente aprobada. Con 348 votos a favor y 274 en contra, la decisión de los eurodiputados supuso el punto final a la negociación de un texto que ha durado más de dos años ya que la reforma llevaba en desarrollo desde 2016. La negociación no ha estado exenta de polémica ya que los filtros de contenido que impone a todas las plataformas que permitan a sus usuarios subir archivos a la red, excepto a las más jóvenes.
Artículos 15 y 17
Los cambios afectan especialmente a los artículos 11 y 13, a partir de ahora 15 y 17, y suponen, según los detractores de la nueva normativa, una «grave amenaza a la libertad de expresión, la privacidad, la iniciativa empresarial e incluso la competitividad y creación de startups».
El artículo 15 hará posible que los editores de prensa puedan reclamar compensaciones económicas al enlazar sus contenidos si se incluyen cosas como el título del artículo o previsualizaciones al estilo de las que hace Facebook o pequeños extractos como los de Google. Esto puede suponer que enlazar o citar se convierta en un verdadero problema tanto en la práctica como en su gestión y sus consecuencias legales.
Además, la Unión Europea plantea la implantación de una especie de tasa Google o Canon AEDE. Los editores de publicaciones de prensa podrían gestionar sus derechos de autor, cobrando o no a quienes les enlacen o les citen un determinado importe como pago por hacer uso de dicha información con derechos de autor.
La reproducción de más que «palabras sueltas o extractos muy cortos» de noticias requerirá tener una licencia. La aplicación de esta normativa incluirá muchos de los fragmentos que se muestran comúnmente junto a los enlaces. Aquí va a entrar en juego la interpretación que hacen los tribunales del concepto ‘muy cortos’ por lo que los links y las citaciones van a quedar durante un tiempo indeterminado en un limbo jurídico.
En este caso podríamos tener una salida en forma de ‘trampa’ que consistiría en cambiar la forma en la que enlazamos o decidiendo a quién lo hacemos, dejando de lado a aquellos editores que acostumbren a cobrar por ser enlazados. La forma de enlazar sería con menos información, pero son las consecuencias de la aplicación de la normativa.
El artículo 17 hace referencia a la vigilancia de contenidos protegidos por parte de proveedores. En este caso la normativa obligaría a las plataformas de contenidos a monitorizar lo que los usuarios suben para comprobar si se violan o no los derechos de autor. Cada servicio tendría que crear un sistema tipo Content ID de YouTube que permitiría detectar violaciones de los derechos de autor.
A través de este novedoso método, las plataformas deberán revisar todo lo que se sube a la red y bloquear los contenidos que den positivo por ‘copyright’. «La directiva hace responsables a los servicios que permiten a los usuarios compartir contenidos, y en la práctica obliga a implantar filtros de borrado. Solo se supervisará por seres humanos si el usuario reclama. Primero censura, luego pregunta», explica el director legal de la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información, Carlos Sánchez Almeida, en su página web.
Quejas de Youtube
La nueva directiva europea sobre copyright ha generado bastantes quejas por parte de diferentes gigantes empresariales. Uno de los que más se ha significado al respecto ha sido Youtube.
Su consejera delegada, Susan Wojcicki, califica la normativa sobre derechos de autor que prepara el Parlamento Europeo de ser una «amenaza» para los pequeños creadores y para «cientos de miles» de empleos.
En una carta dirigida a los creadores de contenidos de la plataforma, Wojcicki asegura que el polémico artículo 13 podría forzar a portales como Youtube a «permitir únicamente contenido de un pequeño número de grandes empresas».
Dicho artículo determina la responsabilidad de las plataformas si se sube a la red contenido protegido y es uno de los varios puntos incluidos en un texto al que la Eurocámara ya dio un primer visto bueno el pasado 12 de septiembre.
La directiva propuesta tiene como objetivo remunerar de forma «justa» a los autores en internet del mismo modo que se les paga por su trabajo fuera de la red, y ahora se encuentra en los siguientes pasos del proceso legislativo hasta el voto final, previsto para enero.
«Esta legislación significa una amenaza a vuestra manera de ganaros la vida y a vuestra capacidad de compartir vuestra voz con el resto del mundo. El artículo 13 amenaza cientos de miles de empleos, creadores europeos, empresas, artistas y todos aquellos a quienes dan trabajo«, apunta la responsable de Youtube.
La ONU también se manifiesta
Pero las quejas sobre la nueva normativa no solo vienen de las empresas. La ONU también se ha posicionado al respecto. El experto del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), David Kaye, ha reclamado a la Unión Europea por las recientes modificaciones en su Directiva de ‘Copyright’, y pide «armonizarla con los estándares internacionales de libertad de expresión«.
«Europa tiene la responsabilidad de modernizar sus leyes de derechos de autor para afrontar los desafíos de la era digital«, según Kaye, «pero esto no puede hacerse a expensas de la libertad de expresión de la que los europeos disfrutan hoy«, ha asegurado el relator especial de la ONU en materia de derechos humanos. El polémico Artículo 13 de la directiva europea, en opinión de Kaye «parece destinado a conducir a las plataformas de internet a monitorizar y restringir el contenido generado por el usuario en el momento de la subida«, algo que valora como «una respuesta ni necesaria ni proporcionada«.