La importancia que tienen las startups y las pymes en el mercado laboral nacional es muy superior a lo que imaginamos. Las grandes empresas en España, es decir aquellas que emplean a más de 250 personas y facturan al año un mínimo de 50 millones de euros, sólo generan el 27,2% del empleo, según un informe de Eurostat. Las pymes son pues las que más contribuyen en nuestro país a la creación de puestos de trabajo. Normal que así sea teniendo en cuenta los últimos datos del Directorio Central de Empresas (DIRCE), según los cuales, el 1 de enero del año 2018, se registraban en España 3.335.403 empresas, de las cuales 3.330.971 son pymes con una aportación del 65,9% del total de trabajadores, una cifra similar a la media en Europa.
Sin embargo, también respecto a la media de la UE, el porcentaje aportado por las microempresas es 2,5 puntos superior en España. En este rango se mueven muchas de nuestra startups con una media de 7 profesionales por plantilla, según el último mapa del emprendimiento. Por otro lado, el informe ‘Startup Ecosystem Overview’ 2018, realizado por Mobile World Capital Barcelona para analizar el estado del ecosistema de startups nacional, cifraba en 4.115 el número de startups registradas en España, casi 1.000 más que en el año anterior. Por ciudades, a la cabeza se sitúan Madrid (1.235, equivalente a un 30%) y Barcelona (1.197, un 29%). Valencia, con 261 (6,3%), se sitúa en tercer lugar.
Con estos datos, recogidos por Valencia Plaza, se puede afirmar, entonces, que el sector emprendedor sigue en auge y confiar en su creciente aportación al mercado laboral. De hecho, éste suele ser el argumento de peso que utilizan muchas organizaciones para justificar su razón de ser. Por ejemplo, el informe de Google for Startups España 2018 habla de 900 puestos de trabajo creados por la comunidad durante el último año, 4.185 desde su nacimiento en 2015. También Endeavor España presentaba la semana pasada, con motivo de su quinto aniversario en nuestro país, su primer ‘Impact Report’, según el cual, solo las 31 startups nacionales integradas en la organización, han creado en 5 años un total de 450.000 empleos entre directos e indirectos.
Asimismo, los hub del emprendimiento también han ido girando el foco hacia proyectos en fases más avanzadas. Un ejemplo es el de Wayra, hasta el año pasado una aceleradora de startups que ahora se ofrece para llevar a escala modelos probados, esto es, en el mercado y, a ser posible, facturando.
Muchos relacionan el nuevo interés por el scale-up como la evolución natural del ecosistema. Una vez inculcada la inercia de emprender, ha llegado el momento de pasar a otro nivel y madurar. Lo que toca ahora es robustecer a las que logran traspasar el ‘valle de la muerte’ porque, con su fortalecimiento, ganamos todos. Ahí van algunos ejemplos: más de 1.000 empleados en la plantilla global (Cabify), más de 200 (Spotahome), más de 150 empleos directos y cerca de 2.500 indirectos (Mr Jeff), 130 trabajadores (Reclamador), más de 150 (TravelPerk)… Podríamos seguir alargando la lista pero lo relevante, además de las plantillas, es que ninguna de estas empresas tiene más de diez años. Valga esto para justificar la dinamización del scale-up.
El nuevo paradigma laboral
El mercado laboral se ha calentado para todos aquellos que ocupan un puesto no robotizable, pero el podium de los más cotizados lo ocupan, en este momento, los programadores e ingenieros informáticos.
“El software se ha comido el mundo- dice David Bonilla, fundador Manfred- Si hace unos pocos años les hubieses dicho a alguien que un coche, una lavadora o una tostadora llevaba software, hubiesen pensado que estabas loco. Ahora el software está en todos los lados y con el internet de ls cosas, todavía más. Alguien tendrá que escribir todas esas líneas de código”.
Convencido de que la actual situación “no es coyuntural sino estructural” y que se extenderá durante los próximos 5-15 años, Bonilla sostiene que “el paradigma del recruiting en el mundo técnico ha cambiado completamente -el recurso más escaso no es la oferta de empleo, sino el trabajador cualificado- hay empresas que aún no han conseguido adaptarse, nosotros nacimos subidos ya a ese cambio”. Manfred puede definirse como un marketplace que pone en contacto a empresas con programadores poniendo siempre al candidato en el centro y no alrededor de la oferta de empleo. “Nuestra principal ventaja competitiva es que somos programadores buscando programadores”, concluye.