El mundo de la inversión no suele ser una ciencia exacta y todo emprendimiento tiene una dificultad considerable derivada de su riesgo, de las posibilidades reales de que aquello que hemos planeado no salga bien. De hecho, según estudios de varios expertos, de cada diez inversiones que se hacen habitualmente tan solo dos terminan resultando exitosas.
Para solucionar este pequeño gran problema, diferentes empresas y organismos llevan tiempo intentando descubrir algún tipo de fórmula o algoritmo que ayude a predecir el éxito de las startups. En esta época en la que todo se puede medir, se pretende tener controlada cualquier tipo de inversión. Todo tipo de agentes han intentado conseguir esa especie de poción mágica que nos haga predecir en el tiempo si nuestras ideas triunfarán o no.
La posibilidad de crear un algoritmo con este fin la han entendido diferentes multinacionales que han hecho sus cálculos y han decidido desarrollar sus propios productos. Vamos a ver lo que han hecho Google y Telefónica al respecto.
Google es el rey mundial de la medición de datos. El gigante de Mountain View alcanzó en 2015 una alianza estratégica y comercial con BlackRock, que es uno de los grupos financieros y de inversión más importantes del mundo. Mediante esta sinergia, ambas empresas consiguieron que Google desarrollara una serie de herramientas y algoritmos que junto a BlackRock consiguiesen saber la potencial rentabilidad de una compañía o activo antes de invertir en él.
Esta alianza tenía como objetivo echar a un lado los criterios subjetivos que se habían empleado hasta la fecha y pasar a un nuevo estadio para analizar todos los parámetros objetivos con la finalidad. prever acontecimientos y resultados. Los 200 millones de dólares invertidos por BlackRock también ayudan.
Para ello, Google se ha valido de DeepMind Technologies, startup adquirida por el buscador en 2014, con sede en Londres y que alcanzó la fama con el desarrollo de algoritmos de aprendizaje envidiados por todo el mundo. Estos algoritmos los consiguió alcanzar con una mezcla de inteligencia artificial y neurociencia para alcanzar comportamientos medibles. A partir de estos datos, la emergente británica consiguió desarrollar un algoritmo para procesar la información obtenida en el análisis.
Telefónica y BigML
Telefónica no es una empresa nueva en lo que al trabajo con startups e inteligencia artificial respecta. De hecho, acostumbra a realizar inversiones en compañías de telefonía mediante plataformas propias como es el caso de Wayra o Telefónica Ventures.
Pero como el gigante nacional de la telefonía no tenía suficiente con los analistas y la tecnología que poseía decidió apostar por un nuevo producto a través de una alianza con BigML. Se trata de PreSeries, un algoritmo que predice la probabilidad de éxito de una startup en su fase inicial gracias a una base de datos de más de 350.000 empresas de todo el mundo.
Con este método Telefónica se marcó un objetivo, ambicioso pero complicado a la vez, que consistía en analizar los datos objetivos de una empresa para, con ellos, predecir sus resultados futuros.
El sistema se inicia con la inserción de datos, mediante una criba importante en la que se decide qué información es relevante y cuál no. Una mala selección en este punto puede dar al traste con todo el trabajo en su conjunto. Conseguir un punto de partida acertado es fundamental.
El siguiente paso consiste en ordenar los patrones, aquí la plataforma te ‘ayuda’ y es capaz de indicarnos si alguno de los datos que hemos introducido en el paso anterior es irrelevante. De este modo, vemos como la aplicación ordena los patrones que le hemos indicado.
Por último, está la predicción de resultados que es recomendable que sea en masa y no a nivel individual. Especialmente, si estamos analizando el comportamiento de los usuarios que consumen o disfrutan del servicio o producto de la startup en cuestión.
Un español construyendo sistemas de información
Al frente de la empresa BigML está un español, Francisco J. Martín, que es el fundador y el director ejecutivo de esta firma de aprendizaje automático, creando una disciplina de la inteligencia artificial que el informático español define como “un cambio de paradigma en los sistemas de información”. Se trata de hacer aprender a las máquinas.
«Hasta ahora para construir un sistema de información siempre se necesita un experto que conoce una materia y un programador que crea el sistema, pero ahora hay un cambio de paradigma que implica que solamente necesitas los datos, y un algoritmo de ‘machine learning’ puede convertirlos automáticamente en reglas» aseguraba Martín a EFE.
«Los humanos somos increíblemente inteligentes, y no tenemos ni idea de cómo funciona el cerebro. Los medios venden la inteligencia artificial como un coche de último modelo, cuando realmente está más cerca del ‘Modelo T’ de Ford de los años 20«, aseguraba Francisco J. Martín.
Para Martín estamos aún muy lejos de la amenaza de lasingularidad tecnológica, esa hipótesis enunciada por la ciencia ficción que alerta contra máquinas más inteligentes que el ser humano.
“La singularidad es como buscar el santo grial. Si miras el estado actual de la técnica, hay vídeos que muestran un montón de robots multimillonarios que intentan abrir una puerta y fallan de forma estrepitosa. La forma de escapar de la singularidad es esconderse detrás de una puerta”, bromea.
El fundador de BigML se muestra contrario al auge del Big Data entre las empresas, ya que considera que es “un concepto abstracto” que no tiene base científica.
Para Martín esta noción solo tiene el sentido de que las empresas han entendido que tienen muchos datos y deben utilizarlos, pero la clave es qué datos escoger para resolver un problema y cómo procesarlo, aspectos en los que la inteligencia artificial o el aprendizaje automático llevan trabajando décadas.
Respecto a la alianza con Telefónica, apuntaba que «estamos en una situación increíblemente buena y competimos con Google, Microsoft y este tipo de compañías. Como somos pequeñitos, en España pensamos que no somos capaces de competir con esta gente, pero lo estamos haciendo y ser David contra Goliat a nuestro equipo le da mucha energía».