En medio de la incertidumbre que rodea el futuro del Reino Unido, y por extensión el del resto de países que siguen formando parte de la Unión Europea dados los lazos comerciales existentes, hay colectivos que se van a resentir más que otros. Y es que la aprobación del Brexit, el 26 de junio de 2016, trajo consigo un periodo de inestabilidad que perdura hasta hoy.
Existe la sensación de que no sabemos exactamente qué va a pasar ni con las empresas españolas que operan en el Reino Unido, ni con los británicos que viven en nuestro país ni con los españoles que residen en las islas, ni cómo van a ser efectivas las relaciones comerciales una vez que todo este proceso se ponga en marcha.
La existencia de un mercado común en la Unión Europea había supuesto un sinfín de ventajas para las personas -en forma de movimientos de tipo turístico, laboral o estudiantil- y para las empresas. Ahora estos cimientos, de momento única y exclusivamente en lo que respecta a las relaciones con el Reino Unido, se resienten a la espera de ver cómo se resuelven en los próximos tiempos las diferentes negociaciones que van a tener lugar.
Como ya hemos indicado, hay colectivos que se van a resentir más que otros. Y uno de ellos es el de las pymes. Según un estudio realizado por Iberinform, la pequeña y la mediana empresa va a ser, junto al sector servicios, la principal perjudicada de la puesta en marcha de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, después de un matrimonio que se inició el 1 de enero de 1973.
Situación actual de las pymes
Las empresas que exportan a Reino Unido facturan una media de 8,4 millones de euros, mientras que las importadoras contabilizan una cifra de negocio media de 6,4 millones de euros. Entre las exportadoras, un 26% son microempresas, un 47%, pequeñas empresas y un 22%, de tamaño mediano. Con respecto a la importación, hasta el 45% del total de las firmas encuestadas por Iberinform son microempresas, mientras que un 45% adicional son de pequeño tamaño y un 11% de tamaño medio.
Con respecto a la distribución por actividad, un 42% de las empresas exportadoras y un 72% de las importadoras se encuadra dentro del sector de los servicios, mientras que un 44% de las primeras y un 20% de las segundas pertenece al sector industrial.
Además, un 80% de las firmas que exportan al archipiélago británico cuentan con un riesgo «mínimo o bajo» de impacto. El dato se reduce al 78% entre aquellas que importan desde Reino Unido.
A pesar de la incertidumbre generada por el riesgo de una salida desordenada, el 14% de las consultadas espera aumentar plantilla, frente a un 1,5% que prevé una reducción. Asimismo, la amplia mayoría, un 98%, está trabajando para mantener su facturación en el exterior tras el Brexit, mientras que solo un 2% pronostica que crecerán sus ingresos internacionales.
Riesgos presentes y futuros
Con estos datos encima de la mesa, y tal y como asegura el Ministerio de Industria, las pequeñas y medianas empresas pagarán especialmente la incertidumbre del Brexit. Las pymes españolas tendrán que empezar a tratar a Reino Unido como un país extracomunitario, algo especialmente complicado, después de tanto tiempo siendo un socio del mercado común (España entró en la UE en 1986) más teniendo en cuenta que el británico ha sido tradicionalmente uno de nuestros principales mercados.
En el momento en el que se ponga en marcha el proceso, las pymes de nuestro país tendrán que hacer frente a normativas técnicas, registros sanitarios y formularios específicos a los que no estaban acostumbrados. Cada empresa tendrá que ver, en función de su sector, cuál es la exposición al riesgo que tiene respecto a Reino Unido, y aquellas que no lo han hecho nunca, aprender cómo se realizan intercambios con terceros países.
Según los expertos, el flujo comercial se reducirá hasta que las empresas que se adapten al nuevo panorama. De las 10.000 exportadoras a Reino Unido, la mayoría son pequeñas sociedades y ahora los 38.000 millones entre bienes y servicios que España vende a territorio británico están en riesgo. Un riesgo que no afecta exclusivamente a las pymes, sino también a las grandes firmas (estén o no en el IBEX35). La incertidumbre, por razones obvias se cebaría bastante más con las pequeñas y medianas empresas ya que dependen bastante más de este tipo de flujos comerciales con los británicos.
Cambios que podría haber
Aunque como se ha dicho en repetidas ocasiones, es complicado saber a ciencia cierta qué va a suceder, sí que podemos aventurar varios cambios que va a haber y que van a afectar especialmente a las pymes. El Reino Unido, con la entrada en vigor del Brexit, pasaría a ser un tercer país, por lo que se aplicará el arancel aduanero común en función del producto que corresponda. Pese a que el gobierno británico ha anunciado que tiene intención de suprimir los aranceles para más del 80% de las importaciones parece ser que los mantendría en ciertos sectores como la automoción, la agricultura la alimentación o el textil. Todo esto trae consigo la obligación de cumplir obligaciones aduaneras: documentación aduanera, contratación de un representante aduanero, obligación de familiarizarse con la legislación y software de aplicación, solicitar el EORI ─número de registro e identificación de operadores económicos─, obtener la autorización como OEA, que es el operador económico autorizado…
Respecto al IVA, las exportaciones a Reino Unido quedarán exentas mientras que las importaciones estarán sujetas a esta tasa, que será liquidada por la aduana. El ingreso se hará en los plazos del arancel, que va de los 10 a los 30 días.