2018 ha marcado un año sin precedentes en lo que a empresas exportadoras se refiere, avanzando las empresas españolas notablemente en el proceso de internacionalización. Según el Instituto de Comercio Exterior (ICEX), en solo un año se ha producido un aumento del 26,5% en el número de empresas exportadoras, hasta alcanzar las 204.196 empresas que venden en el exterior, siendo las pymes las que registran mayores volúmenes de crecimiento.
La decisión de llevar un negocio más allá de nuestras fronteras supone un gran esfuerzo para las pequeñas y medianas empresas no exento de riesgos, ya que no sólo implica tener un buen producto, una estrategia bien definida y capacidad para llevarlo a cabo, sino también hacer frente a los posibles impagos.
En la Unión Europea, destino principal de las exportaciones de las pymes españolas, casi 3 de cada 10 pymes (28%) ven mermado su
crecimiento como consecuencia de los retrasos en los pagos, según expone el Informe Europeo de Pagos de Intrum, empresa especializada en la gestión de cobro y prevención de impagos.
Esta realidad hace que el 28% de las pequeñas y medianas empresas califique como elevado el riesgo que afronta a raíz de los intereses
derivados de los impagos, máxime cuando más de la mitad de ellas, concretamente el 59%, recibe habitualmente peticiones para alargar los plazos de pago. Como consecuencia, además, un 20% de las pymes en Europa considera que los impagos pueden poner en riesgo su viabilidad.
En este sentido, los expertos de Intrum proporcionan una serie de claves para evitar impagos en la exportación de bienes y servicios:
• Evitar destinos donde el impago pueda ser más probable: En comercio exterior es fundamental analizar el riesgo del mercado en el
que se quieren vender bienes o servicios para establecer una estrategia adaptada a cada país. Según el Informe de Intrum, el 90% de las empresas griegas y el 89% de las checas han solicitado una ampliación de pago en algún momento, mientras que en Croacia solo el 33% de las compañías dice haber recibido esa petición.
• Usar formas de cobro que eviten retrasos en los pagos: Además, casi el 60% de las pymes europeas encuestadas no emplean el pago
por adelantado. Aunque es una opción a veces poco atractiva en un mercado cada vez más competitivo, es la alternativa más simple ante perfiles de clientes o países con alto riesgo de impago.
• La mejor estrategia, la prevención: Contar con una empresa experta en gestión de cobros y prevención de impagos para protegerse de los posibles impagos es una buena opción para aquellos que no quieren estar constantemente pendientes de los pagos de sus clientes, ya sea a nivel nacional o internacional. Además de prevenir el impago, realizan un servicio de gestión completo de deudas, permitiendo que el empresario se dedique a lo que realmente importa, su negocio.
• Conocer la normativa de morosidad del país en cuestión: A pesar de que la directiva europea contra la morosidad lleva en vigor varios años, este informe muestra que sectores como la hostelería tienen un gran desconocimiento de ésta. Tan solo 1 de cada 5 empresas europeas dedicadas a la hostelería conoce los recargos que se pueden aplicar cuando un cliente cuenta con facturas pendientes. Estar familiarizado con la normativa es fundamental para saber cómo actuar al respecto.
• Cuidar la redacción del contrato: Una de las claves de este proceso es que el contrato defina expresamente la ley que rige, puesto que, en caso contrario, se toma por defecto la ley del lugar donde se firme el documento. Además, es importante fijar los plazos, obligaciones y medios de pago, así como la divisa y la política de suministro.