Las redes interorganizacionales, también conocidas como redes interorganizativas, surgen en un contexto laboral como el actual, en plena globalización, como una nueva práctica empresarial. El objetivo es realizar alianzas estratégicas entre empresas, agrupadas mediante la negociación permanente.
Son, en definitiva, relaciones de intercambio duraderas entre organizaciones y personas que acaban garantizando la cooperación entre empresas.
La sinergia entre compañías es la que termina provocando el éxito de este tipo de estructuras, que representan el futuro de las prácticas empresariales. Vamos hacia un futuro, si es que no se desarrolla ya en el presente, en el que la batalla no es entre empresas sino entre redes interorganizacionales. Esto implica notables esfuerzos en materia de organización, coordinación y comunicación, con sistemas de carácter informativos cada vez más sofisticados.
Este tipo de alianzas entre empresas terminan aumentando la efectividad de las operaciones en la red para asegurar un lugar dominante en el mercado.
Las redes interorganizacionales constan de varias entidades individules con mecanismos independientes de toma de decisiones, pero interdependientes, que negocian y se ajustan mutuamente entre sí. De este modo, se conforman las relaciones entre las organizaciones de manera continua.
Los objetivos para conformar este tipo de redes suelen ser variados. Pero entre los mismos es conveniente destacar la distribución de costos y riesgos relacionados con investigación y desarrollo, acelerar el ciclo de innovación del producto, la posibilidad de acceder a nuevos mercados y poder contar con competencias que en solitario no es posible desarrollar.
Los vínculos interorganizacionales suministran una especie de red salvavidas que alienta a invertir a largo plazo y a asumir riesgos. Las organizaciones alcanzan niveles más altos de innovación y desempeño si aprenden a cambiar su mentalidad de confrontación por una de sociedad.
Un ejemplo lo podemos obtener cuando un club deportivo abre las puertas de sus instalaciones a un medio de comunicación para que estos tengan contenidos en sus diarios o en sus programas. El club concede diferentes entrevistas a los reporteros de estos medios. Las empresas de información deportiva encuentran de este modo nuevas maneras de avivar el interés de los preadolescentes por los programas de televisión y por los medios que cubren determinadas competiciones.
Formación de redes interorganizacionales
Aunque hay varios elementos que acaban siendo determinantes en la formación de este tipo de redes, vamos a centrarnos en cuatro de ellos, que consideramos de vital importancia.
- Estrategia.- Influye en la red interorganizacional siendo clave a la hora de generar una estructura de carácter interdependiente que le ayude a conseguir los objetivos de la red en su conjunto. Gracias a la sinergia, cada una de las empresas que forma parte de la red va a poder dedicarse única y exclusivamente a aquello que se le de mejor, incrementando notablemente su productividad.
- Ambiente.- Influye en la red interorganizacional debido a los numerosos cambios que se dan hoy en día. Hablamos de organizaciones actuales que intentan mejorar sus relaciones tanto con los clientes como con los proveedores y otra serie de actores que forman parte activa de la producción.
- Tecnología.- Influye en la red interorganizacional, cada vez más, a través de la tecnología de la información y las comunicaciones (TICs). Estos dos aspectos son indispensables, ya que generan la estructura necesaria para la red y el dinamismo de las relaciones de sus socias.
- Cultura.- Influye en la red interorganizacional como parte de la idiosincrasia de cada empresa. Partimos de la premisa de que toda organización tiene su propia cultura, lo cual es indispensable para el éxito de la red y la conciliación de las diferencias culturales entre los actores.
Ventajas de este sistema de redes
La colaboración entre diferentes organizaciones a estos niveles favorece notablemente la generación de nuevos emprendimientos y mejora la competitividad de las empresas establecidas. Esto se consigue a través de la minimización de los costes de transacción inter-firmas, el mantenimiento de la flexibilidad para la innovación tecnológica, el acceso a nuevas experiencias, conocimientos y mercados, el desarrollo de una visión compartida de futuro y la provisión de infraestructuras de coordinación frente a los mercados y jerarquías.
En líneas generales, las redes interorganizativas reducen los riesgos inherentes a los procesos de innovación e inversión y terminan creando un entorno o atmósfera de competencia, que dinamiza la economía del lugar en que se desarrolla. No obstante, la generación de este tipo de ventajas o beneficios siempre va a depender de la habilidad del emprendedor para que estas relaciones duraderas de intercambio con las fuentes de recursos sean permanentes. Es decir, estas redes tienen que tener información y capital financiero, hasta el respaldo simbólico que otorga la legitimación social de su actuación, aunado a beneficios intrínsecos, tales como el reconocimiento personal o el provecho emocional.
Las claves para conseguir tener éxito en este tipo de redes son, sin duda, las relaciones interpersonales e interorganizacionales que el emprendedor conforma. Gracias a estos medios se obtiene un acceso notable a una gran variedad de recursos que proporcionan otros actores.
Este tipo de relaciones dotan a todo el entramado que rodea al emprendimiento de un carácter social y económico. Por otra parte, y a niveles más grandes de relaciones, la colaboración público/privada en el contexto de la relación Estado-sociedad, tiende a crear una estabilidad que favorece la optimización de los recursos, la coordinación y el control de las redes interorganizacionales así como del desarrollo local.
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