La cadena de supermercados no ha llegado a tiempo con su lavado de cara y el año pasado cerró el ejercicio con unas pérdidas de 352 millones y un patrimonio neto negativo de 166 millones, dándose una situación de quiebra técnica. Según El País, las ventas totales de sus tiendas y franquicias cayeron un 11,3%, llegando a los 7.288 millones de euros. Después de muchas especulaciones sobre quién se haría con la situación financiera de la compañía, la primera consecuencia de todo esto ha sido el despido de 2.100 empleados en todo el mundo (España, Portugal, Argentina y Brasil).
Según informan en El País, cuando en octubre la compañía se hundió en Bolsa, todo apuntaba a que las pérdidas del balance de 2018 serían épicas. Finalmente, se ha anunciado que han sido de 352,6 millones de euros, cifras sorprendentes de por sí pero acuciadas si lo comparamos con las ganancias de un año antes (109 millones de euros).
Foto: Sputnik Mundo