El Ministerio de Trabajo ha publicado hoy los datos referentes al mercado laboral durante primer mes del año anunciando una mala noticia: el paro ha subido en 83.464 personas (un 2,61% más), con algo más de 204.000 afiliados menos para la Seguridad Social. Se trata de un aumento esperado, toda vez que en enero finalizan los trabajos estacionales derivados de las Navidades (como también ocurre en verano).
Así, la cifra total de desempleados se sitúa en algo más de 3,285 millones de ciudadanos españoles. Además, se da la circunstancias que este es el peor enero en términos de paro, desde el año 2014, cuando el país comenzaba una tímida senda de recuperación tras tocar fondo en la crisis económica.
Con respecto a los sectores poblacionales más afectados son el empleo femenino (aumento del paro en un 3,23%) y las personas de más de 25 años (aumento del 2,48%). Por Comunidades Autónomas: Andalucía (19.996), Madrid (11.308) y Comunidad Valenciana (9.369) son las que más han sufrido el desempleo. Por último, por sectores económicos hay que destacar que el paro se ha reducido en la construcción (2,4%) y se ha incrementado en la agricultura (3,55%).
Aunque tradicionalmente enero no es un mes muy positivo para el empleo, estas cifras aumentan la preocupación que existe en los «mentideros» empresariales de una más que real desaceleración de la economía debido a una serie de factores, cuyas consecuencias están aún por ver.
1 – La industria del automóvil, preocupada
Según informan en El Confidencial, el sector llevaba unos meses con una producción a la baja, pero la señal de alarma se ha encendido tras los resultados del último cuatrimestre de 2018, cuando se ha dado a conocer la producción había descendido un 1%, segundo descenso anual consecutivo. Esta situación es una mezcla de factores que se pueden resumir en:
- La entrada en vigor del nuevo sistema de homologación de emisiones WLTP.
- El enfriamiento de nuestros principales clientes, los mercados europeos.
- Los cambios del gobierno con los motores de combustión.
- Falta de planificación y ajuste con la demanda: No llegan a las fábricas motores y cajas de cambio suficientes para montar los nuevos vehículos.
- La llegada y adaptación del motor eléctrico, con el cambio que supondrá en las fábricas pasar de las plataformas convencionales a las eléctricas.
2 – Caída del turismo
El principal sector de nuestra economía lleva unos meses con una tendencia a la baja que, si es o no preocupante es aún pronto de decir. En julio de 2018 nos visitaron un 4,9% menos, llegando a recibir 9,98 millones de turistas, el mayor descenso en ocho años. Este tropiezo se debe sobre todo a la recuperación de países competencia de España, como Turquía, que ha conseguido atraer ciudadanos de países que normalmente veraneaban en España, como los alemanes, los ingleses y los franceses.
La buena noticia es que, pese a la caída de visitantes, estos gastan más. Así, el gasto total de los turistas internacionales en julio del año pasado fue de 11.747 millones de euros, un descenso del 0,9% con respecto al año pasado. Mientras que el gasto medio por turista aumentó un 4,2%, situándose en 1.177 euros.
3 – Baja el consumo en los hogares
Hace un año, la consultora Nielsen ya anticipaba una desaceleración importante en la demanda de los hogares, motivada, en parte, por el aumento de los precios. También se trataba de una consecuencia lógica del aumento del consumo que siguió al final de la crisis.
Pero no fueron los únicos que anticiparon un cambio de tendencia en este sector. BBVA Reseach ya indicó una ralentización del consumo a principios de 2018 y prevé que seguirá todo 2019, en torno del 2%. Mientras el Banco de España ya lleva meses divisando «signos de moderación«, según informan en El Mundo, motivado por la caída del poder adquisitivo de los españoles.
¿Qué podemos esperar?
Según varias fuentes conocedoras del panorama económico español, tanto la economía mundial como la española están sufriendo una lenta recesión que aún está por determinar si desembocará en una crisis o en un simple «catarro estacional».
En Cepyme recogen datos que apuntan a que el crecimiento de la economía este año será del 2,3%, una caída de tres décimas respecto al incremento previsto para el 2018. El menor crecimiento se debe a una desaceleración en la demanda doméstica, que pasará del 3,2% al 2,5%. El sector exterior sólo compensará mínimamente esta caída.
Por su parte, la asociación ASSET, hace especial hincapié en la pérdida de dinamismo que están sufriendo economías tan potentes como la china y la americana, para explicar el sentimiento global de preocupación. Con respecto a España, explican que la desaceleración se debe más bien a una normalización en el crecimiento del PIB motivada por el final de los «vientos de cola», esto es: la reducción de los tipos de interés, caída del petróleo, depreciación del euro y dinamismo del turismo por la situación en países competidores.