La financiación colectiva, también conocida como «crowdfunding» en inglés, se ha convertido en una alternativa muy útil y con gran potencial para sacar adelante proyectos complicados, ya sea por cuestiones técnicas o por el riesgo que representan en términos económicos.
En un principio es fácil pensar que la financiación colectiva solo presenta potencial para pequeñas empresas y para proyectos concretos que requieran una gran inversión, pero la realidad es totalmente distinta, también representa una gran oportunidad para que empresas de gran tamaño puedan aventurarse a desarrollar productos innovadores asumiendo un riesgo menor.
Meizu ha sido la última gran empresa en confirmar el valor que presenta la financiación colectiva al apostar por ella como medida para sacar adelante el Meizu Zero, un prototipo de smarpthone sin botones y sin puerto USB Type-C que adopta un enfoque verdaderamente novedoso.
El proyecto ha generado una gran expectación por esa construcción sin botones y sin cables, algo que será posible gracias a la recarga inalámbrica, pero también ha llamado la atención por su calidad de acabados y alto nivel de prestaciones, ya que según la compañía china el Meizu Zero estará construido en cerámica y adopta un sistema de botones virtuales en los laterales que permite un control perfecto de los diferentes aspectos del terminal.
Interesante, sin duda, pero también arriesgado. Meizu acostumbra a vender smartphones con un precio reducido para llamar la atención del usuario. Esto les había «obligado» a utilizar SoCs MediaTek y acabados en metal, lo que situaba a sus terminales por debajo de los tope de gama de empresas como Samsung, Huawei o Apple.
Con el Meizu Zero la compañía china quiere ir un paso más allá y adoptar una estrategia distinta, ya que dicho smartphone posicionará como un auténtico y revolucionario tope de gama. Esto afectará al precio de venta del dispositivo, que casi triplica el coste habitual de un smartphone de gama alta de Meizu.
Lanzar directamente este producto es un riesgo que Meizu no quiere correr, y por ello ha decidido recurrir a la financiación colectiva. La conclusión que podemos sacar es clara y simple, este tipo de financiación puede ayudar a nuestra pyme a sacar adelante propuestas innovadoras reduciendo al mínimo los riesgos, así que no debemos olvidarnos de ella.