Últimamente, cuando hablamos de transformación digital, hacemos referencia, entre otras cosas, a la analítica web. Analítica pensada para el área de negocio, no para la programación.
Para las empresas tradicionales, que la inmersión en digital la están haciendo a pasitos muy cortos, puede que el término les produzca rechazo e incluso les resulte hasta escalofriante, pero realmente no produce tanto vértigo.
La analítica web consiste en recoger datos a través de herramientas de medición con el fin de obtener información que le sea de utilidad a las empresas, como cuál es el comportamiento de sus usuarios, qué consumo realizan, con qué frecuencia lo hacen…; es decir, qué actividad tienen en nuestro sitio web.
La presencia digital produce muchos beneficios a las empresas: mostramos nuestro escaparate al mundo por poco dinero. Pero, no vale con estar y ya. Para que potenciales clientes nos localicen tenemos que hacer diferentes acciones de marketing, y siempre es mejor que éstas las realicen profesionales.
Por ejemplo, si abrimos un canal de comunicación a través de las redes sociales, es mejor que la relación la lleve un community manager o un social media, que conocen las herramientas y cómo actuar en casos de crisis, que no un comercial, que está acostumbrado a vender.
Estaréis de acuerdo conmigo en que, ya sea físico o digital, el cliente es el valor más importante de cualquier empresa. Sin clientes, una compañía no tiene sentido. Por eso, tenemos que trabajar para conseguir el mayor número de clientes satisfechos, para optimizar nuestro negocio.
Internet nos proporciona cuantiosas herramientas para estudiar y comprender a los usuarios cuando navegan por nuestras webs. Aprovechemos esto para ampliar el conocimiento que tenemos sobre nuestros usuarios, tanto si son clientes como si todavía no.
En analítica se manejan dos tipos de informaciones: mayoritariamente la cuantitativa, que es aquella que nos muestra cuántas veces acontece un suceso concreto, y minoritariamente, la cualitativa, que es aquella información que nos indica por qué sucede y cuál es la motivación del usuario para realizarlo.
Para que la analítica dé sus frutos, lo primero que tenemos que hacer es marcarnos unos objetivos, ya que lo que pretendemos es maximizar los resultados de nuestro negocio. Es decir, tenemos que orientar nuestro análisis hacia resultados: oportunidades comerciales, reducir costes, obtener tráfico, subir las ventas, afianzar a los usuarios existentes… y para ello hay que definir qué tenemos que medir: de dónde vienen los clientes, cuáles son los productos o servicios más solicitados, cuáles son los días de más tráfico y en qué horarios, etc. Tan importante es tener las herramientas adecuadas para llevar a cabo la analítica de un sitio web, como realizar las preguntar adecuadas.
Firmado: José Luis Blanco Cedrún, profesor de Spain Business School