El compromiso social convierte a las pymes en competitivas. Esto es lo que asegurael experto en ética empresarial y miembro del Foro Provincial de Empresas Socialmente Responsables de Málaga, Javier Carmona, quien ha considerado que es «imprescindible» la responsabilidad social en este tipo de empresas.
Carmona, que además es el director general de la empresa malagueña Abasthosur, ha afirmado que cada vez más las pymes -sobre todo las familiares-, adoptan políticas y estrategias de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), y que además lo hacen «con mayor agilidad y competitividad«.
Ha considerado que esto se debe a que las pequeñas y medianas empresas se dan cuenta de que «hay una realidad» de la que no pueden mantenerse ajenas, y que si no se atiende a las necesidades e inquietudes de trabajadores, sociedad y clientes, se puede «caer» en dejar de ser competitivo.
Para Carmona, la empresa española cada vez es más socialmente responsable, y ha asegurado que España es uno de los países donde más certificaciones de calidad y de medio ambiente hay, lo que relaciona con que existen empresas muy ligadas al turismo que «buscan» ser más eficientes.
«La estrategia de RSC está muy ligada a los ciclos de mejora continua y al ciclo de planificación. Hablamos de que tenemos una coyuntura económica en estos momentos que nos hace buscar soluciones alternativas y ofrecer un valor añadido al cliente«, ha añadido.
A pesar de sus consideraciones, cree que las carencias en este ámbito empresarial se encuentran en la falta de personal, dedicación y tiempo para llevar a cabo un plan de RSC y mostrar los proyectos abordados, sobre todo, en el caso de las pymes.
Aún así, ha manifestado que la mayoría de las pymes «nada más levantarse» hacen responsabilidad social, y ha citado a aquellos agricultores que realizan buenas prácticas en cuanto al respeto al medio ambiente, por lo que en esos casos, considera que la asignatura pendiente es «saber plasmarlo y compartirlo».
Carmona ha pedido más formación para el propietario de la pequeña y mediana empresa y que, por medio de la administración, se dé «cierto reconocimiento» a aquellas que integran «dentro de sus posibilidades» la RSC en sus empresas, ya que, como ha recalcado, «es una cuestión voluntaria».
En cuanto a la ética empresarial, ha incidido en que lo principal es fortalecer el sistema interno de la organización, su competitividad, su estrategia como empresa y los resultados que da, puesto que cree que debería suponer un «valor añadido» de cara a grupos de interés, ya sean clientes, trabajadores o la sociedad.
También ha recordado que la ética no se puede entender a corto plazo, sino que se tiene que ver reflejada en políticas, estrategias empresariales integradas dentro de la gestión, con la finalidad de que la compañía perdure en el tiempo siendo sostenible tanto interna como externamente.
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