El teléfono móvil está teniendo una segunda (o tercera vida). Su creciente popularidad como dispositivo secundario o de apoyo al smartphone le ha permitido mantenerse en el mercado, y lo ha convertido en una solución indispensable para muchos profesionales, sobre todo aquellos que están siempre en movimiento y que necesitan disponer de un móvil resistente, ligero y con una elevada autonomía.
Nokia es una de las compañías que mejor ha sabido aprovechar esta situación, ya que ha mantenido una apuesta sólida por el teléfono móvil que le ha llevado a renovar catálogo en varias ocasiones y a mantenerse como uno de los jugadores más importantes en dicho sector, un mercado que, curiosamente, también llamó la atención de Microsoft hace unos años.
Gracias a Zac Bowden, de Windows Central, hemos podido descubrir que Microsoft tenía preparado un teléfono móvil en 2014, fecha en la que el declive de su línea de smartphones Lumia era ya una realidad patente. En las imágenes se aprecia el diseño, que recuerda a los modelos más tradicionales de Nokia, y la interfaz, que es prácticamente un calco (aunque adaptado, eso sí) del sistema de «live tiles» que la compañía de Redmond utilizaba en Windows Phone y Windows 10 Mobile.
A pesar de ser un teléfono móvil no prescindía totalmente de las características únicas que definen a un smartphone, ya que este modelo contaba con servicios de Microsoft como Outlook (correo electrónico), Calendario, OneNote y GroupMe. Ninguna de esas aplicaciones funcionan en el modelo que han tenido la oportunidad de probar, pero están integradas, lo que sugiere que debían estar concebidas como servicio apoyado por la nube.
Como curiosidad vemos que el navegador preinstalado no era Internet Explorer sino Opera. Por lo demás se confirma que incluía los juegos Spider-Man Ultimate y Asphalt y que iba a contar con una tienda de aplicaciones propia, ajustada a sus posibilidades. La interfaz no es táctil, se manejaba con el pad central que permite mover en horizontal y en vertical.