El Nokia 106 (2018) representa una renovación del modelo anterior que mantiene intacta su esencia, aunque introduce cambios que mejoran sus prestaciones y su valor en general.
Estamos ante un teléfono móvil tradicional que se aleja del concepto de smartphone que todos conocemos. Esto tiene sus ventajas y sus desventajas, ya que aunque es cierto que no podremos utilizar aplicaciones avanzadas ni navegar por Internet a alta velocidad como contrapartida disfrutaremos de una interfaz sencilla y de una gran autonomía.
Los teléfonos clásicos como el Nokia 106 (2018) son una buena opción para profesionales que estén siempre en movimiento y que necesiten complementar las posibilidades que ofrece su smartphone. Gracias a su mayor autonomía, a su solidez y a su bajo precio estos terminales se adoptan casi siempre como segundo teléfono, o como teléfonos de empresa para usos concretos.
En cuanto a sus especificaciones el Nokia 106 (2018) cuenta con una pantalla LCD de 1,8 pulgadas y resolución de 160 x 120 píxeles, un SoC Mediatek MT6261D, 4 MB de memoria RAM, 4 MB de memoria interna, batería intercambiable de 800 mAh y soporte de redes 2G.
Este terminal carece de cámara y de soporte de redes 3G, así que posiciona como uno de los teléfonos clásicos más básicos que podemos encontrar a día de hoy, y esto tiene un lado positivo: lo hace muy económico (cuesta unos 20 euros, aproximadamente).
Por lo que respecta a calidad de acabados el Nokia 106 (2018) está terminado en policarbonato, un material ligero y bastante resistente. Si hablamos de autonomía, su principal atractivo, vemos que promete hasta 21 días en espera y 16 horas en conversación, cifras muy buenas que además debemos unir a las posibilidades que ofrece su batería intercambiable, ya que podremos llevar encima una batería cargada y cambiarla en frío cuando lo necesitemos.