El liderazgo podemos afirmar que consiste en el conjunto de habilidades en materia gerente o directiva que un individuo tiene para influir en la forma de ser o actuar de las personas o en un grupo de trabajo determinado. De esta forma, consigue este equipo trabaje con entusiasmo hacia el logro de sus metas y objetivos.
Un líder también debe ser capaz de delegar o gestionar un proyecto laboral o de otra índole de una manera eficaz. El líder nunca carece de autoridad pero su respetabilidad se gana más por la capacidad de influir de manera psicológica que por el poder que tiene en sí.
Por ello, vamos a ofrecer diez claves para mejorar las capacidades de un líder en la empresa.
Pon en valor los éxitos de tus empleados
Es fundamental tener a los empleados motivados y contentos en el trabajo. La diferencia entre un líder y un jefe convencional puede residir, entre otras cosas, en la capacidad de felicitar a los empleados cuando han realizado algo correctamente. Los jefes acostumbran más a decirles a sus empleados qué han hecho mal en vez de a recompensarles por los éxitos conseguidos. Este tipo de actitudes puede favorecer la productividad y la lealtad de los trabajadores respecto a la empresa. Celebrar los pequeños logros con el resto del equipo siempre va a ser una gran fuente de motivación. Los premios van a ser vistos como un estímulo para seguir en la buena dirección.
Trabaja la comunicación
La comunicación es fundamental en cualquier equipo de trabajo. En primer lugar, hay que tener unas grandes dotes comunicativas para saber transmitir correctamente lo que queremos a nuestros empleados. Y, en segundo lugar, hay que mantener un contacto fluido con los trabajadores en todo momento, especialmente cuando surge algún tipo de problema. Es clave en este punto detectar los contratiempos y sentarse a hablar para solucionarlos.
Cuida la parte emocional
Es un intangible que nunca está de más. Pese a que la mayor preocupación acostumbre a ser la productividad y, por supuesto, los salarios, la parte emocional es fundamental a la hora de liderar un equipo en una empresa. De hecho, sin una buena gestión emocional de los recursos humanos no es posible que una empresa avance. El generar buen ambiente puede ayudar a conseguir buena parte de los éxitos que nos propongamos.
Fomenta una comunicación bidireccional
Volvemos al apartado de la comunicación. En este punto también es importante que todo fluya en ambos sentidos. Como líder no sólo tienes que ser escuchado, sino que también tienes que saber escuchar. De la capacidad de conseguir que la comunicación sea bidireccional va a depender que la empresa pueda avanzar a una velocidad más que aceptable en lugar de frenarse.
Conoce a tus trabajadores por su nombre
Un líder debe tener una relación directa con sus empleados, tiene que alejarse de la figura de un jefe frío y distante. Por ello, se antoja fundamental conocer el nombre de los empleados, preferentemente tutearles, y saber su perfil. Conocer las habilidades, los puntos fuertes y los puntos débiles de nuestra plantilla hará que mejore la eficiencia en el trabajo. También debes saber qué les anima y qué les desanima para adaptar el trabajo a sus habilidades. En este punto también es conveniente fomentar el potencial del equipo con cursos de formación. Asimismo, debes asegurarte de que cada empleado desempeñe el puesto que más se ajuste a sus habilidades y competencias profesionales.
Sé exigente
La amabilidad, la cercanía con el empleado y el interés por sus inquietudes no está reñido con la exigencia. Hay que exprimir al máximo las capacidades de nuestro equipo para que puedan dar todo lo que tengan con el fin de que la empresa siga avanzando. Hay que llevar las tareas al día y fomentar un ambiente de trabajo en el que nadie se distraiga ni se desvíe del camino marcado. Buen rollo sí, disciplina también.
Identifica a los motivadores
Identificar a los motivadores implica atraer energía positiva. Los motivadores son personas que acostumbran a tirar del carro, a fomentar un ambiente de trabajo óptimo para conseguir los objetivos de la empresa y que generan una ola de optimismo. Hay que priorizar el desarrollo profesional de este tipo de personas, que siempre van a ser de gran utilidad para la empresa.
Aleja cualquier tipo de miedo
El que no se equivoca es porque no lo intenta. Hay que perder cualquier tipo de miedo cuando ejerces tus funciones. No hay que temer los posibles errores por tomar cualquier decisión. En muchas ocasiones, equivocarse suele servir para aprender. Rectificar es de sabios y en algunos casos encontraremos el camino correcto tras habernos equivocado previamente.
Haz equipo
Hacer piña es clave para consolidar el liderazgo en la empresa. La palabra equipo cada vez tiene más fuerza. La unidad del grupo se refuerza también con actividades, que habitualmente tienen lugar fuera del trabajo y sirvan para cambiar la rutina. Es el caso de las actividades culturales, de las clásicas quedadas al salir de la oficina, los team buildings o las reuniones que tienen lugar fuera de la oficina.
Sé perseverante
La perseverancia es una cualidad indispensable en cualquier líder. Un buen líder no debe rendirse y debe saber que no existe esa opción, si bien debe saber abandonar de forma inteligente. Hay que invertir todo tipo de recursos con el fin de lograr el objetivo marcado y pese a los obstáculos que se presenten en el camino, hay que seguir adelante, trabajando con interés y con ganas. En definitiva, siendo perseverante.
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