Más Formación Personal (FP) para dar respuesta a las necesidades de las empresas en tiempo real. El Gobierno se reúne hoy con sindicatos y empresarios para «dar un impulso estratégico» a este tipo de formación, de modo que según han explicado expertos del sector, su catálogo de perfiles se adapte a las necesidades presentes y futuras de las empresas.
Como ha explicado la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, el encuentro deberá servir «para abrir los cauces de coordinación para hacer una FP muy poderosa», ya que ha observado «agujeros negros y puntos débiles importantes» en la formación profesional tal y como está estructurada por parte del Ministerio.
Estos obstáculos «ralentizan y obstaculizan» el éxito de la FP, que en España tiene una tasa de estudio del 12 por ciento de los jóvenes, cuando la media en los países de la OCDE se sitúa en el 25%. Esta diferencia hace que haya que hacer un esfuerzo por la actualización de la FP y que, objetivamente, «haya recorrido» por delante.
Entre esos «puntos negros», Celaá ha puesto como ejemplo la lentitud que existe desde que se detecta un nuevo perfil profesional y el momento en que se incluye en el catálogo nacional de cualificaciones y se elabora una titulación. «Pasan cuatro años, y en ese momento se ha vuelto a cambiar, y ya no vale porque se necesita otro perfil profesional», ha advertido Celaá, quien ha apostado por «suavizar los puntos de rigidez» del sistema para agilizar la correlación entre lo que necesitan las empresas y la FP.
Hay mucho trabajo por hacer», ha subrayado la ministra, quien ha repetido que el Ejecutivo de Sánchez está «firmemente determinado con la FP» para que esta sea «clave». El objetivo final es «mejorar la empleabilidad de las personas y mejorar su cualificación» porque en el mundo están desapareciendo los empleos con menos cualificación, a favor de las máquinas, y paralelamente aparecen nuevos puestos de trabajo ligados a una cualificación media y superior.