A la hora de elegir un portátil es frecuente centrar los criterios de decisión alrededor de aspectos como el procesador, la memoria RAM y el sistema operativo. Es normal, ya que de esos puntos dependerá el rendimiento y la experiencia de uso, pero no debemos olvidarnos de otro elemento fundamental: la pantalla.
La pantalla es uno de los componentes básicos de cualquier portátil. A través de ella interactuamos con el equipo, y si ésta no cumple con un nivel mínimo acorde a nuestras necesidades de nada nos servirá contar con un procesador de última generación o de una gran cantidad de RAM, ya que la experiencia que tendremos no será satisfactoria. En casos extremos (pantallas muy pequeñas o resoluciones muy pobres) puede que incluso tengamos que plantearnos un cambio de portátil.
En este artículo os vamos a dejar un guión básico que os ayudará a elegir el tamaño de pantalla y la resolución que mejor se ajustará a vuestras necesidades, partiendo de dos puntos fundamentales que debéis tener siempre en cuenta:
- Un mayor tamaño de pantalla permite trabajar con más comodidad durante largas jornadas de trabajo, pero debe ir acompañada de una resolución más alta para que la experiencia se equilibrada.
- Un tamaño de pantalla reducido hace que el portátil sea más ligero y cómodo de llevar, pero puede resultar incómodo para pasar largas jornadas de trabajo, no solo por la menor superficie de visualización sino también por el menor tamaño del teclado.
Tamaño de pantalla y resolución van de la mano
Como hemos anticipado el tamaño de pantalla es importante, pero debe tener una resolución equilibrada que se ajuste adecuadamente. Si una pantalla es muy grande pero tiene una resolución muy baja no podremos trabajar cómodamente porque todo se verá enorme, y lo mismo ocurre a la inversa: si una pantalla es muy pequeña pero tiene una resolución muy alta todo se verá muy pequeño.
Dicho esto pasamos a ver los niveles que podemos considerar como óptimos en relación tamaño de pantalla y resolución:
- Pantallas de 10,1 pulgadas: deben tener como mínimo una resolución de 1.280 x 720 píxeles. Buena opción para los que necesiten la máxima movilidad y ligereza, además de una buena autonomía.
- Pantallas de 12,5 y 13,3 pulgadas: deben tener una resolución de 1.920 x 1.080 píxeles. Son una opción recomendable para aquellos que busquen un buen equilibrio entre productividad, comodidad, movilidad y autonomía.
- Pantallas de 14 y 15,6 pulgadas: el mínimo está en 1.920 x 1.080 píxeles. Son una buena opción para los que vayan a pasar muchas horas al día delante del equipo y requieran ese plus de comodidad y productividad que aporta una pantalla de mayor tamaño.
- Pantallas de 17,3 pulgadas: es recomendable buscar modelos con resoluciones de 2.560 x 1.440 píxeles, aunque los modelos 1080p cumplen en la mayoría de los casos. La mejor opción para aquellos profesionales que necesiten una experiencia cercana a un equipo de escritorio y que no requieran de un alto grado de movilidad ni de autonomía.