Aunque todavía son pocos, empiezan a hacer ruido los trabajadores que están dispuestos a reducir su jornada laboral a cambio de perder poder adquisitivo. Según un reciente estudio realizado por Randstad, hasta el 3,8% de los profesionales de nuestro país estaría dispuesto a aceptar una reducción proporcional de su salario con tal de trabajar menos horas.
Esta cifra supone el dato más alto desde el 2009, primer año posterior a la crisis económica. El 3,8% de los trabajadores supone que son 727.000 los empleados que desearían una reducción de su jornada laboral, si hacemos caso a la Encuesta de Población Activa (EPA), publicada recientemente por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Según se refleja en el documento, las mujeres son más propensas a aceptar la reducción de la jornada laboral. En este sentido, el 4,1% de las empleadas desea trabajar menos horas, mientras que en el caso de los hombres el porcentaje se reduce a un 3,5%.
En línea con lo anterior merece la pena destacar que la conciliación de la vida personal es el segundo factor más importante para elegir un empleo. El primero continúa siendo el sueldo, según señalaba recientemente el informe ‘Randstad Employer Brand Research 2018’ .
«El aumento del número de trabajadores que desean reducir su jornada laboral durante los últimos años viene motivado por la mejora de la situación económica. Los empleados buscan otros beneficios en sus empleos, al margen del salario, como aquellos que posibilitan un equilibrio entre su entorno laboral y personal», explica en un comunicado el director de Relaciones Institucionales de Randstad, Luis Pérez.