Adiós Call of Duty, good bye World of Warcraft, Auf Wiedersehen Pokémon GO. El mundo del videojuego ha sucumbido al poder de Fortnite Battle Royale, un título que ha revolucionado la industria y que ha cambiado sus reglas, tal vez para siempre. Fortnite impresiona por sus números: sólo el pasado mes de marzo el juego generó 223 millones de dólares en beneficios, en abril 296 millones y en mayo ha superado los 300 millones. Y todo con un juego gratuito que está obligando al resto de la industria a replantearse su modelo de negocio.
Se calcula que en estos momentos el juego desarrollado por Epic Games cuenta ya con más de 40 millones de usuarios. Un número enorme, pero que probablemente se vaya a duplicar en pocos meses, desde el momento en que la compañía acaba de anunciar el lanzamiento de su título para smartphones Android, cerrando un círculo que ya incluía consolas, PCs y la plataforma iOS de Apple. Tan enorme como que algunas de las partidas que se retransmiten en directo en Twitch pueden llegar a reunir a más de 600.000 usuarios. ¿Pero qué es Fortnite y cómo ha conseguido revolucionar la industria del entretenimiento?
Todos contra todos: mucha violencia y poca sangre
Para encontrar los orígenes de Fortnite, debemos referirnos a Battle Royal, película de culto japonesa en la que cien adolescentes son trasladados contra su voluntad a una isla, obligados a protagonizar un juego macabro: sobrevivir. Para ello deberán matar al resto…si quieren seguir con vida.
En Fortnite la dinámica es similar. Las partidas tienen una duración de 20 minutos y en cada una de ellas, 99 jugadores se enfrentan en un descarnado todos contra todos en el que sólo hay un ganador. Nada más empezar, el jugador observa cómo está siendo lanzado en paracaídas sobre una isla. Al tomar contacto con el suelo, otros 98 jugadores le estarán esperando. A partir de ese momento, cada segundo cuenta.
Con estos mimbres puede parecer difícil explicar por qué el juego tiene tanto éxito. Pero si tuviéramos que dar algunas claves, probablemente serían las siguientes:
- En Fortnite hay mucha violencia, pero no siempre es lo más importante: además de ser un juego de todos contra todos, Fortnite se premian habilidades como ser un buen estratega, saber trabajar en equipo, la capacidad de sacrificio y tener habilidades de liderazgo.
- Fortnite cuenta una historia, pero también decenas de pequeñas historias. En este sentido, incorpora muchos elementos de juegos como Minecraft, en los que se premia recolectar materiales y saber construir con ellos para conseguir una ventaja competitiva.
- Fortnite se adapta a cada estilo de juego, por lo que resulta atractivo tanto para el jugador que quiere «entrar en acción» desde el primer momento, como para el que prefiere jugar de una forma mucho más sigilosa.
- A diferencia de otros juegos de todos contra todos, los gráficos de Fortnite huyen del realismo sangriento, apostando en cambio por una estética cartoon que consigue que a muchos padres no les parezca mal que sus hijos pasen horas enganchados al juego. Incluso los hay que afirman que sus hijos han mejorado su rendimiento escolar desde que «entrenan» con este videojuego.
- Epic ha acertado con un ritmo de novedades y actualizaciones que consigue mantener las expectativas siempre altas, de modo que cada poco tiempo el juego cambia.
- Empezar a jugar es completamente gratuito y aunque puede ser un juego complejo, su curva de aprendizaje es suave.
Muchos de estos elementos son los que han permitido triunfar a Fortnite sobre un juego muy similar: PUBG (PlayerUnknown’s Battlegrounds). Tan similar que Bluehole, la compañía desarrolladora de PUBG demandó el pasado mes de mayo a Epic por violación de derechos de autor. ¿Pero por qué PUBG no es tan popular?
No sólo porque sus gráficos son mucho más sangrientos que los de Fortnite y por lo tanto se dirige a un público más adulto, sino sobre todo porque en un mundo en el que las reglas de los videojuegos están cambiando, ha «cometido el error» mantenerse fiel a un modo de juego mucho más clásico. Dicho de otra forma: a diferencia de Fortnite, PUBG no ha comprendido qué es lo que quiere el jugador actual.
Así se ha convertido Fortnite en un juego multimillonario
¿Cómo ha conseguido un juego gratuito como Fornite convertirse en una máquina de hacer dinero? Porque aunque no hay que pagar nada por jugar, sí hay que hacerlo si el usuario quiere personalizar su personaje. Por pocos euros, los usuarios pueden adquirir un skin para su avatar. Pieles que van desde algo tan sencillo como un cambio de ropa a disfraces realmente divertidos y complejos como puede ser el hombre-tiburón, la mujer-peluche, el dios nórdico o el extraterrestre-astronauta.
Dicho de otra forma, Fortnite vive de esa compra por impulso que experimentan millones de jugadores a los que no les importa invertir dos o tres euros en cambiar de apariencia de vez en cuando. Además de skins, los jugadores también pueden adquirir complementos, armas, trampas y distintos artefactos. Y esta por supuesto no es la principal, pero es una de las grandes razones por la que los usuarios se conectan cada día a su videojuego favorito: la dopamina de saber que cada día se ponen en circulación tal vez de forma exlcusiva para ese día, nuevos accesorios virtuales que pueden ser adquiridos en el momento.
La fórmula funciona. Un reciente estudio publicado por LendEDU afirma que los jugadores de Fortnite invierten una media de 84 dólares en la plataforma, un precio ligeramente superior al de los principales videojuegos comerciales del mercado. ¿Lo mejor de todo? Que a diferencia de otros juegos que ofrecen micro-pagos, en Fortnite contar con las armas más modernas no se convierte necesariamente en una ventaja competitiva. Si juega bien sus cartas, el usuario que menos invierte también puede ganar la partida.