El pasado mes de noviembre Amazon Flex debutaba en España. La compañía de Jeff Bezos anunciaba su intención de contratar a centenares de autónomos para entregar paquetes en esa «última milla» que trae de cabeza a las principales plataformas de e-commerce y compañías de logística.
Amazon Flex se presenta así con un modelo muy similar al de startups como Glovo o Deliveroo…con algunas particularidades. Los transportistas cobran más (28 euros por cada bloque de dos horas de trabajo) pero a cambio, se encargan del mantenimiento de su vehículo y tienen que responder personalmente ante cualquier eventualidad que pueda suceder en su jornada laboral.
Pero este modelo, tan asociado a la gig economy y que tantas críticas está despertando en todo el mundo, podría tener los días contados. Como informan en Fast Company, Amazon está reconsiderando el futuro de un programa que por un lado perjudica su imagen pública y por otro, no es tan profesional como para ofrecer los mejores resultados.
Así las cosas, todo apunta que en las próximas semanas asistamos al lanzamiento oficial de «Amazon Delivery Partners«, un programa que cambia la «informalidad» de trabajadores que muchas veces no tienen más remedio que darse de alta como autónomos, por pymes y startups.
En este sentido, la compañía ha explicado en un reciente evento celebrado en Seattle, que Delivery Partners es una oportunidad para que, a partir de 10.000 dólares, cualquier pequeña empresa pueda convertirse en transportista asociado de Amazon.
Orientado tanto a empresas que ya existen como a nuevas que se creen ex-profeso para este servicio, Delivery Partners pone en manos de las compañías toda el know-how de Amazon en lo relativo a rutas, facturación, training, seguros, leasing de vehículos, etc. y les promete beneficios de hasta 300.000 dólares por año si cumplen con los objetivos fijados. A cambio los transportistas deben de trabajar de forma exclusiva para Amazon, lo que implica que se tienen que someter a todas sus condiciones.
El objetivo no declarado de la compañía es sin embargo, dejar de lado su dependencia de grandes compañías logísticas que cada vez más, rechazan someterse (también en España) a las condiciones que quiere imponer el gigante del comercio electrónico y que en ocasiones, según denuncian las mismas, pueden comprometer su rentabilidad.
De hecho como también se ha explicado en el evento de Seattle, las compañías que entren a formar parte de «Amazon Delivery Partners» acabarán por tener una flota máxima de unos 40 vehículos, ya que finalmente lo que Amazon explica es que quieren trabajar con compañías que se impliquen de forma directa con su propia comunidad.