La forma más sencilla de definir una ICO sería explicar que es una forma de financiación de empresas, normalmente startups, que se encuentran en una fase temprana de desarrollo. La empresa que quiere financiarse de esta forma lo que hace es una preventa de derechos sobre futuras participaciones en la compañía.
Dicho de otra forma, la startup propone a sus potenciales inversores que adquieran un tipo especial de acciones emitidas por la propia empresa, de modo que si las cosas en un futuro van bien, se traduzcan en “acciones reales” y puedan venderlas a un precio muy superior al que las han adquirido.
A diferencia de las acciones tradicionales, las acciones que emiten estas compañías no están reguladas por ningún mercado ni organismo supervisor, por lo que su funcionamiento, más que en cualquier otro producto financiero, se basa en la confianza. ¿Quieres saber más? No te pierdas…»La aventura de la startup que quiso lanzar su ICO«