El rendimiento de Windows 10 es bastante bueno incluso en equipos de gama baja actuales, aunque es cierto que en ordenadores antiguos y de menor potencia la experiencia de uso puede ser algo más justa.
Si en tu pyme tienes ordenadores con algunos años encima y el rendimiento de Windows 10 no cumple tus expectativas no te preocupes, puedes mejorar la situación en segundos y sin necesidad de tener que hacer ningún tipo de gasto.
Desactivar los efectos visuales del sistema operativo es una manera rápida y sencilla de aligerar la carga que el mismo supone para el hardware de nuestro PC, y en muchos casos puede marcar la diferencia entre una experiencia mediocre y una experiencia fluida.
Para llevar a cabo este cambio con la mayor rapidez posible sólo tienes que seguir los pasos que te damos a continuación:
- Pulsa las teclas “Windows + R” para abrir la ventana de “Ejecutar”.
- Escribe “sysdm.cpl” (sin las comillas) y pulsa intro para abrir las Propiedades del Sistema.
- Entra en la pestaña “Opciones Avanzadas” y selecciona la opción “Rendimiento” haciendo clic en “Configuración”.
- Una vez ahí sólo tienes que seleccionar la opción “Ajustar para Obtener el Mejor Rendimiento”.
Si necesitas volver a modificar los ajustes visuales sólo tienes que volver a repetir los pasos que te hemos dado anteriormente. Ten en cuenta que esto afectará al rendimiento general del sistema operativo mientras se utiliza con diferentes aplicaciones y programas, y también mientras navegamos por Internet, pero que no tendrá un impacto real en los tiempos de inicio del equipo.
En caso de que quedamos mejorar también ese aspecto sólo tenemos que deshabilitar los programas de inicio como os explicamos en este artículo.