En el distrito de Campanillas, en Málaga, se ubica el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), que es uno de los motores económicos de la provincia además del turismo. El PTA es responsable, por ejemplo, de que Málaga sea junto a Madrid y Barcelona la única ciudad española que tiene vuelo directo a Nueva York.
En una provincia en la que el turismo era, y sigue siendo el principal sector, debido a su clima excepcional y a sus instalaciones hoteleras, aderazadas por una extensa costa, montañas y pueblos blancos pintorescos en la serranía, la tecnología empieza a tener su hueco. Sí, la Costa del Sol es conocida por el lujo de Marbella, por Estepona, también por Benalmádena, Torremolinos o Fuengirola, y cada vez más por Málaga capital debido a su extensa oferta cultural. Pero para los amantes de la tecnología, el PTA también merece una visita. Una especie de Silicon Valley a la española, con la fórmula exportada desde California de crear parques tecnológicos en suelo europeo.
La comparativa no es baladí. Existe una iniciativa de presidentes de empresas del sector de las telecomunicaciones y las tecnologías de la información que pretende convertir a Málaga en un referente en este ámbito. Es un club que se llama Málaga Valley e-27 y toma su nombre por analogía con Silicon Valley y la generación del 27. Forman parte del mismo representantes de Telefónica, Alcatel, Ono, IBM, Nokia, Vocento, PRISA, Unicaja o la Universidad de Málaga.
Orígenes
Este parque fue inaugurado el 9 de diciembre de 1992 tras un acuerdo entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga. Siete años antes, en 1985, la Junta había encargado un estudio a la consultora japonesa Technova sobre la viabilidad de un parque tecnológico en la región y su posible ubicación. Los resultados del estudio terminaron dando el ‘ok’ a la operación y eligiendo a la Costa del Sol como sede de este parque. El lugar elegido fue la finca El Ciprés, que consta de 170 hectáreas de terreno y se encuentra a 13 kilómetros del centro de Málaga, a siete del Campus Universitario de Teatinos y a seis del Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol. El PTA está rodeado de un privilegiado entorno natural, con infraestructuras y servicios avanzados de gran calidad, que ha logrado una gran armonía entre universidad, grandes multinacionales y pequeñas e innovadoras empresas.
Actualmente, es un lugar de alta calidad para la instalación de pymes y grandes empresas innovadoras, que respetan el medio ambiente y que están centradas fundamentalmente en la producción, los servicios avanzados y la I+D.
Se puede decir que es un parque hecho a la medida de todos, ya que puedes alquilar desde una oficina de 25 m2 hasta parcelas de 2.5000 metros cuadrados o grandes edificios.
La influencia del PTA se extiende por todo el planeta, ya que acoge, desde septiembre de 1995 la sede mundial de la Asociación Internacional de Parques Científicos y Tecnológicos (IASP) y también, desde 1998, la de la Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España (APTE).
El objetivo del PTA en sus orígenes era que se convirtiera en un núcleo de dinamización tecnológica de la industria en Málaga y en Andalucía. Una dinamización basada en el soporte de funciones, generando conocimientos científicos y tecnológicos, implantando actividades industriales y de servicios de alta calidad.
El Parque Tecnológico de Andalucía se constituyó con un capital de 45 millones de las antiguas pesetas y tuvo como primer inquilino a Hughes Microelectronics, empresa pionera a nivel nacional en fabricación electrónica. Después, llegarían CETECOM, actualmente AT4Wireless, la incubadora del Centro Europeo de Empresas e Innovación, Bic Euronova e Ingenia.
Desde su inauguración hace más de un cuarto de siglo, el parque ha tenido una inversión total que ha alcanzado los 790,5 millones de euros, de los que 177,5 millones provienen de empresas públicas y la mayor parte, 613 millones de euros, de la iniciativa privada.
El PTA, en la actualidad
Poco más de 25 años después de su inauguración, el impacto del Parque Tecnológico de Andalucía en la región ha sido brutal. Según un estudio realizado por Deloitte es uno de los mayores activos de Andalucía en la generación y transferencia de tecnología al territorio, así como una palanca para la generación de valor en el entorno.
El parque aporta al PIB de la provincia de Málaga entre un 6,05% y un 8,65%, Si extrapolamos los datos a nivel andaluz, el baremo se encuentra entre el 1,21% y el 1,71%. Asimismo, el PTA emplea a entre el 7,04% y el 10,05% de la población ocupada de la provincia de Málaga y representa entre el 1,33% y el 1,90% del empleo en Andalucía.
El PTA ha ido creciendo considerablemente a lo largo de los últimos años ya que cada vez se han instalado en Campanillas más empresas e instituciones. Actualmente, hay más de 600 compañías instaladas en su superficie, concretamente 635. El parque tiene según los últimos estudios un volumen de empleo de 16.774 trabajadores. El ritmo que lleva es de la creación de mil empleos anuales en los últimos tiempos.
En lo que respecta a la facturación total de las empresas instaladas en el PTA, la cifra supera los 1.625 millones de euros. Con ello, la facturación total desde el comienzo de su actividad ha sido superior a los 19.760 millones de euros.
Sectores de actividad en el PTA
En el PTA el sector de las Tecnologías de la Información, que consta de Electrónica, Información, Informática y Telecomunicaciones es el mayoritario ya que representa el 32,27% del total de las empresas, con un empleo en dicho sector del 60,14%, facturando el 48,22% del total en el año 2015.
Además, este sector (TICs y Centros Tecnológicos y de I+D) da empleo al 65 % de los trabajadores de las empresas e instituciones ubicadas en el PTA. El sector Industrial un 8%, y la Medicina y la Salud y la energía y el medio ambiente, un 9% de volumen de trabajadores; Ingeniería, Consultoría y Asesoría (9%), Servicios (3%), Formación y Recursos Humanos (3%) y Agroalimentario y Biotecnología (3%).
El gran éxito del PTA en los últimos tiempos ha sido la capacidad de atraer a empresas tecnológicas extranjeras con alto potencial de crecimiento. Es el caso de Neueda, Solviteers, Ciklum, ITRA, Ebury o The Workshop.
También hay que destacar las empresas tecnológicas nacidas de talento local que se han expandido a nivel internacional. Es el caso de Aertec, Airzone e Ingenia o AT4Wireless, que fue comprada hace tres años por la multinacional alemana Dekra. La incubadora BIC Euronova arropó el nacimiento de la mayoría.
Además, en Málaga se alojan otras empresas de renombre internacional como es el caso de Oracle Corporation, especializada en el desarrollo de soluciones de nube y locales, que tiene en la Costa del Sol su segundo centro de operaciones más importante tras el de Dublín. También Accenture, TDK, Adif, Accra West, Ericsson o Huawei tienen sede en Campanillas.
Además, un cuarto de siglo después ha ganado la partida a Cartuja 93, el otro parque tecnológico andaluz existente, ubicado en Sevilla. Cuando vio la luz el parque malagueño, Cartuja 93 acaparaba toda la atención de la Junta de Andalucía y en la Costa del Sol había cierto enfrentamiento entre instituciones. El PTA hoy en día, supera a la tecnópolis hispalense tanto en empleo como en número de empresas, pero no así en facturación agregada.
Nueva ola de innovación
Pero el PTA no se queda ahí. Pretende seguir innovando y dar un paso al frente con las nuevas tecnologías. Así lo asegura el que ha sido su director general durante estos 25 años, Felipe Romera. «El PTA está inmerso en una tercera ola de innovación que la va a catapultar en un nuevo salto hacia delante. Esta nueva fase está marcada por tecnologías disruptivas como la ciberseguridad, el coche conectado, la inteligencia artificial, el ‘big data’ o las ‘fintech’. Sus protagonistas son, por un lado, compañías como las ya mencionadas, que son ‘startups’ de origen internacional y vocación global que ya han superado la fase inicial y eligen el PTA para expandirse; y por otro, empresas clásicas de la tecnópolis que siguen dándole alegrías, como Dekra (antes AT4 Wireless), Premo o Accenture«.
Problemas con el tráfico
Sin duda alguna, la creación de empleo del Parque Tecnológico de Andalucía ha sido todo un éxito y un soplo de tranquilidad en una región castigada especialmente por el desempleo. Felipe Romera se muestra ambicioso y apuesta por llegar a los 50.000 trabajadores dentro de otro cuarto de siglo.
Pero en la virtud parece estar el defecto. Existen una serie de carencias que pueden interrumpir el crecimiento entre las que destaca la deficiente conexión con el centro de la ciudad. Los empleados sufren atascos considerables en las horas de entrada y salida. Se creó la denominada Mesa de Movilidad para solucionar ese problema, pero ni siquiera está aún encima de la mesa la posible llegada del metro o del tren de cercanías.
Romera aboga por «dejar de hacer estudios y empezar a tomar decisiones en la línea de quitar vehículos privados y apostar por el transporte público». El director considera que cuando haya 50.000 personas trabajando no será posible meter 50.000 coches en el PTA.
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