La transformación digital en las pymes españolas es una realidad. Un elemento necesario con múltiples beneficios, para el que existen ciertas barreras iniciales que impiden dar el paso las pequeñas y medianas empresas nacionales. La reticencia al cambio de los empleados, los costes y la difícil integración con los procesos ya establecidos son los principales problemas para un cambio necesario.
Los empresarios tienden a comprender el valor que les aportan las TIC, pero «“se sienten saturados por el gran número de soluciones existentes que, en muchos casos son difíciles de integrar con sus sistemas de trabajo». Es lo que se desprende del informe sobre transformación digital elaborado por la organización sin ánimo de lucro eAPyme.
Para implantar este sistema necesitan que lo gestionen varios proveedores lo cual pone en duda el retorno de las inversiones.
Empleados reticentes
Según el presente estudio, muchas pymes están en contra de la implantación de sistemas TIC por las reticencias que muestran los empleados a la hora de aprender a utilizar nuevos sistemas de trabajo.
Un caso muy concreto lo explica el ‘Owner & School Director’ de la Academia Contacto, Mario Calvo, que también da clases de español. «Hemos digitalizado la mayoría del material de enseñanza para que el profesor pueda trabajar desde su ordenador y proyectarlo, vía WIFI, a la pizarra. Nos ha supuesto un trabajo de muchas horas, pero lo más difícil ha sido convencer a algunos profesores de que supondría una mejora en sus clases y no una dificultad añadida a su trabajo”. Finalmente, el proceso ha salido adelante y los beneficios son reales para todas las partes. Pero la resistencia al cambio suele darse en los procesos de digitalización de muchas pymes».
Para implantar las novedades digitales es fundamental que la decisión venga desde arriba para que haya un contagio por el cambio. El CEO de Bluecell, Ángel Sopeña asegura que «el cambio de un modelo físico a digital en empresas que llevan más de treinta años haciendo lo mismo genera desconfianza entre los empleados”. Por ello, la solución es que empiece a estar convencido de la digitalización el director o el gerente de la pyme.
No obstante, también es necesario que esa toma de conciencia se expanda al resto de los empleados. De esa forma se puede activar el deseo de cambio.
Consejos para el cambio
Pero antes de apostar por la digitalización de las pymes y de comunicar a los empleados el cambio, es necesario analizar cuáles son las ventajas reales.
La digitalización es un proceso continuo, no es un proyecto que se inicie, termine y quede aparcado. Sólo si los procesos de trabajo son dinámicos se puede conseguir que el proceso de digitalización tenga opciones de éxito.
Un ejemplo de que la transformación digital beneficia a las pymes lo da el director general de Happy-Lab, Emilio Vilaseca.
Buena prueba de que la transformación digital beneficia a las pymes la da Emilio Vilaseca, Director General de Happy-Lab. Esta marca de infusiones apostó por la venta online, digitalizando la comunicación y promoviendo las redes sociales. “Hubo que definir claramente qué queríamos comunicar, contar con el equipo informático adecuado, definir la parte gráfica y los mensajes… Fueron cambios grandes, pero cuando tienes las ideas claras, el resto es más fácil”.
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