Intel ha confirmado recientemente que el impacto de rendimiento de los parches que mitigan las vulnerabilidades Meltdown y Spectre es de entre un 2% y un 14%, un dato que sin embargo hace referencia a procesadores y sistemas actuales, una tecnología que obviamente no está presente en todas las pymes.
Esto complica hacer una valoración directa y efectiva del impacto que tendrá la mitigación de ambas vulnerabilidades en el rendimiento en la mayoría de las pymes, pero gracias a las declaraciones que ha hecho también Microsoft y a las informaciones que habíamos visto anteriormente podemos hacer un balance bastante claro que os ayudará a resolver dudas.
En líneas generales las pymes y los profesionales que utilicen equipos con procesadores Intel Core de sexta generación o superiores (Core 6000 o superiores) no tienen nada que temer, ya que la pérdida de rendimiento de los parches bajo Windows 10 será mínimo y rondará el 6% de media.
Por desgracia la cosa cambia cuando hablamos de equipos con procesadores más antiguos que estén basados además en Windows 7 y Windows 8.1. Utilizando Windows 10 y un procesador Haswell o anterior (Core 4000 o inferiores) Microsoft ha comentado que puede haber una pérdida de rendimiento menor pero perceptible en ciertos casos.
Si utilizamos un procesador de dichas generaciones con Windows 7 o Windows 8.1 la pérdida de rendimiento será mayor y claramente perceptible en la mayoría de los escenarios.
¿Qué puedo hacer ante esta situación?
La solución más sencilla sería actualizar a Windows 10, ya que la propia Microsoft ha dado a entender que la pérdida de rendimiento con dicho sistema operativo es menos notable incluso con procesadores relativamente antiguos.
Otra opción para por renovar los equipos de nuestra empresa, una aventura que puede suponer una inversión importante y que de momento os recomendamos posponer hasta que cerremos el ciclo de Meltdown y Spectre y se terminen de realizar todas las tareas de parcheado y optimización.