La Dirección General de Tráfico (DGT) ha hecho caja este año con las infracciones por sobrepasar límites de velocidad cometidas por los usuarios de las carreteras españolas en 2017. Un estudio realizado por la organización de defensa de los conductores Automovilistas Europeos Asociados (AEA), en estos 12 meses los 375 radares fijos que tiene instalados la DGT han denunciado más de 1,6 millones de infracciones, lo que suponen un volumen de facturación de 63,3 millones de euros. Este dato cuadruplica las cifras registradas en el mismo periodo de 2016.
Las comunidades autónomas donde más se está recaudando son Andalucía, Castilla y León y Castilla-La Mancha. En el extremo opuesto figuran Cantabria, Asturias y Extremadura. Los radares más ‘productivos’, por así decirlo, son los navarros, con 9.020 denuncias por cada dispositivo, seguido de los canarios, con 6.371 denuncias, y los andaluces, con 5.999 denuncias. Para alcanzar esta información se han tenido en cuenta el número de denuncias que ha formulado cada cinemómetro.
Entre los menos productivos están los de Asturias, Extremadura y Cantabria, con 1.723, 2.202 y 2.479 denuncias por cada radar. El informe de la AEA destaca que los radares fijos de Tenerife han pasado de no formular ninguna denuncia en el año 2016 a imponer en 2017 un total de 36.993 denuncias.
El presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), Mario Arnaldo, ha pedido a la DGT que se replantee la política de radares que hay en nuestro país. En su opinión “no se está consiguiendo” el objetivo de evitar los excesos de velocidad ni los accidentes. Considera que estos son a día de hoy “meros instrumentos de recaudación”. Arnaldo y la AEA consideran que hay que valorar en su justa medida el número de denuncias que hay por exceso de velocidad, la ubicación mayoritaria de los radares en autopistas y autovías y la repetición de los radares más activos.