¿Cómo queremos que sean los espacios de trabajo del futuro? ¿De qué forma nos imaginamos la oficina «del futuro»? Si hacemos caso a sobre “El compromiso y el espacio de trabajo global” el estudio elaborado por Steel Case e Ipsos, en pocos años veremos cómo la empresa se flexibiliza aún más, gana espacio la movilidad y la colaboración se impone sobre el trabajo individual. Pero hay mucho más. A continuación os mostramos las diez grandes tendencias que según ambas compañías, tarde o temprano vamos a ver en los centros de trabajo.
Flexibilidad
La incertidumbre que implica no saber lo que nos deparará el futuro conlleva el diseño de espacios con una absoluta capacidad de adaptación que puedan ser modificados en función de las necesidades cambiantes de las empresas.
Democratización del espacio
Dotar al trabajador de un amplio rango de espacios para elegir dónde y cómo quiere trabajar en función del tipo de actividad que esté realizando en cada momento, con independencia de su posición jerárquica, va a ser la base de la organización moderna.
Desde reuniones entre grupos de trabajo, pasando por encuentros informales o momentos que exijan de privacidad, concentración o relajación. En las oficinas que vienen tampoco habrá puestos asignados. La fuerza laboral móvil asciende, a día de hoy, a los 1.450 millones de personas. Así lo desvela Strategy Analytics, que además concreta que suponen el 38,8 % del total de trabajadores que existen a nivel mundial.
Este porcentaje se elevará al 42,5% en 2022, cuando habrá 1.870 millones de trabajadores móviles. Esta circunstancia hará que los trabajadores no tengan puestos asignados dentro de sus oficinas, con el objetivo de optimizar los metros cuadrados del espacio.
Vuelta a la naturaleza
En un mundo en el que abunda lo tecnológico y lo artificial, la vuelta a la naturaleza será un denominador común en las oficinas del futuro. Mobiliario con maderas naturales y materiales reciclados, iluminación natural, espacios al aire libre donde tomar un respiro, plantas naturales incorporadas en la oficina e, incluso, en el mobiliario.
Bienestar
Las organizaciones con más éxito están empezando a fijar su atención en el bienestar de sus empleados como manera de convertirlo en una ventaja emocional, financiera y competitiva, y en el futuro, todos los espacios de trabajo deberán pasar por esta premisa si quieren que sus empresas y empleados sean competitivos.
Desde hace años nos hemos centrado únicamente en el bienestar físico, cuidar nuestra salud a través de la ergonomía, la iluminación, la acústica o la refrigeración. Pero el bienestar va más allá, las empresas ya no sólo se preocupan por la salud de los trabajadores sino por asegurar el bienestar emocional y cognitivo de los mismos.
Colaboración
El trabajo individual prácticamente puede hacerse desde cualquier lugar, eso bien lo saben los trabajadores móviles. La oficina se convierte, por tanto, en un lugar de encuentro a donde se va a realizar un trabajo colaborativo que no puede realizarse en otro lugar.
Las oficinas contarán cada vez más con salas de reuniones y con espacios que favorezcan reuniones informales entre dos o tres personas que bien pueden reunirse en salas habilitadas para ello o en zonas informales como un pasillo, una zona de paso o en la propia cafetería. Lo importante es que las empresas provean a los empleados de todo lo necesario para que estos intercambios resulten lo más productivos posible.
Privacidad
Tan importante como propiciar la colaboración es preservar la concentración. De hecho, una de las principales quejas de los trabajadores derivadas de los espacios abiertos es la dificultad para concentrarse debido a los ruidos y conversaciones ajenas, así como la necesidad de encontrar privacidad para mantener conversaciones confidenciales o para realizar trabajos que requieran una gran concentración.
Es por esto que las oficinas del futuro plantean espacios para trabajar solo, en colaboración, o en pareja.
Creatividad
La velocidad a la que se está produciendo la transformación digital nos lleva a pensar que en pocos años las consecuencias sobre la ordenación del mercado laboral serán enormes. Se prevé que la inteligencia artificial sustituirá el 25% de los puestos del trabajo actuales y, además, en un futuro cercano, las empresas demandarán nuevos tipos de puestos de trabajo.
En este entorno, para tener éxito en el futuro del trabajo, los trabajadores necesitan generar nuevas ideas, resolver problemas difíciles y pensar fuera de la zona de confort. Tienen que ser creativos para ser capaces de innovar. Según el Foro Económico Mundial, en 2020, las habilidades como la solución de problemas complejos, el pensamiento crítico y la creatividad serán cruciales para las organizaciones.
Un espacio de trabajo bien planteado y adecuadamente diseñado puede contribuir notablemente a desarrollar la creatividad en los trabajadores.
Espacios inspiradores
Pasamos gran parte de nuestro tiempo en la oficina, por eso, el espacio de trabajo debe satisfacer al trabajador proporcionándole entornos en
los que relajarse, relacionarse y aprender de sus compañeros o de otras fuentes.
Y esto no es únicamente propio de las nuevas generaciones, a todas las personas nos gusta disfrutar de nuestro trabajo y un espacio que lo propicie ayudará a potenciar nuestro bienestar.
Se desdibujan las jerarquías
En las empresas del futuro los equipos tendrán igual o más peso que los directores, por eso, las fronteras entre los espacios para directivos comienzan a difuminarse entre el resto de los trabajadores y varias empresas están apostando ya por la eliminación de despachos unipersonales para los puestos directivos.
Tampoco los tienen los directivos de las startups, cuyo modelo de liderazgo se basa en la accesibilidad, la transparencia, la colaboración y la eliminación de jerarquías, de modo que su ejemplo sea inspirador para el resto de los trabajadores. De esta forma, no sólo se consigue romper la barrera entre jefe-empleado para hacer que la relación sea más transparente y flexible, sino que se optimiza el espacio aprovechando los metros cuadrados que anteriormente podían quedar desaprovechados en un despacho, para otras actividades.
Tecnológica y digital
La tecnología ha supuesto una revolución para la oficina. Las personas están acostumbradas a tecnologías que les ayuden a conducir mejor, a gestionar de forma remota sus electrodomésticos, a caminar más, a sentarse más recto a relacionarse más con amigos y familiares.
Después vienen a oficinas en las que las tecnologías se proporcionan principalmente en ordenadores de sobremesa o dispositivos móviles y en las que a nadie se le ha ocurrido integrarlas en el entorno físico para mejorar la jornada laboral.
Sin embargo, cuando las tecnologías se integran de manera inteligente en las paredes, el suelo y el mobiliario, permite cumplir con su promesa de centrar la experiencia laboral en las personas.